— Buenos días, Rubí. – Su sonrisa me perturbaba.
Park Jim, Jonan y Sam estaban sentados frente a mi. Tenía miedo, no estaba cómoda en ese ambiente.
Uno, porque Jim era un cretino. Dos, porque Jonan y yo no estábamos en el mejor momento, y tengo dudas de él. Y Sam… es Sam, nunca me dio buena espina y el trataba muy mal a Sanghyun.
— Lo eran hasta que vi tu cara, Jim. – volví a arrebatarle mi plato, para seguir comiendo.
No me importaba estar bajo su atenta mirada. Necesitaba comer, pero él no debía entender lo importante que era para un lobo, alimentarse, ya que volvió de nuevo a quitarme el plato.
No pude reprimir mi gruñido. El siguiente estaba ganando un puesto en mi lista negra, justo debajo del doctor Shan; mi ginecólogo. Odio a ese hombre y sus herramientas extrañas.
— ¿No te cansas de joder a los demás? ¿Tan aburrida es tu vida? – se adelantó en decir mi acompañante, mientras se metía una patata en la boca.
Pedí un desayuno extraño, pero tenía hambre y las patatas de este sitio son increíbles. Volví a centrarme en la conversación, dejando a un lado que Luke me había robado una patata. Se lo pasaré por esta vez.
— Solo pasábamos por aquí y te vimos, bueno, te vi, Rubí… admito que no puedo dejar de verte, eres un ángel caído del cielo – Su coqueteo tan directo me dejó sin palabras. Está claro que va a por todas y ya le da igual hacer el ridículo.
— Me dieron ganas de potar. – el chico a mi lado, hizo un gesto como si le dieran arcadas. – ¿En serio esa es tu forma de coquetear? Hermano, creo que te confundiste de época. – salto en carcajada, dando un pequeño golpe en la mesa y llevándose la mirada de los tres chicos de enfrente.
Yo tampoco esperaba que se riera así, era una carcajada muy natural.
— ¿Es necesario que siempre tengas a esta basura a tu lado? – Comentó Sam, apoyando sus codos en la mesa y señalando con la barbilla a Luke.
Ya estaba cansada de que me juzgaran por estar con Luke, o se burlaran de nuestra amistad ¿Qué narices les importa a ellos, lo que haga o deje de hacer con el?
— Es mi novio. – Dije sin tapujos. – Lo que no entiendo, es por que os jode y os importa tanto mi vida.
Estaba realmente molesta, tanto que estaba encabezada con salir del local. ¿Obstáculo? Pues no puedo salir de mi asiento, porque está Luke. Sinceramente no me importó, pase por encima de él, con la mirada de todos puesta en mi.
Salí del local, dejando dinero en la barra. No me importó el cambio, tampoco lo necesito. Me dirigí directamente a mi coche y espere de brazos cruzados a Luke.
Este tardó en venir, lo que me lleva a pensar que hablaron algo más, antes de salir de la cafetería.
El chico de tez pálida y cabello n***o, se acercaba a mi con una enorme sonrisa traviesa. Estoy segura que es porque dije que era mi novio.
Vino de forma decidida hasta quedar frente a mí, pasó sus manos por mi cintura y me robó un fugaz y poco esperado beso en los labios. No lo esperaba, pero tampoco me quejaría. Cuando nos separamos por falta de aire, él se mantuvo a centímetros de mi.
Me preguntaba a qué se debía tal acto, pero ver a los tres chicos que habían salido de la cafetería y estaban junto al coche de Jonan, me dejó un poco desilusionada. ¿Me beso por ellos?
Mantenía mis manos apoyadas en sus hombros, mientras su mirada seguía puesta en mis labios.
— ¿Me besaste para joderles? – susurre sobre sus labios. Deseaba que no fuera así, pero era obvio.
— Sí y no.
— No entiendo…
— Ellos solo fueron la excusa que necesitaba, para atreverme a besarte.
Mi corazón se aceleró con sus palabras. Lo sentía tan sincero, que no podía evitar emocionarme.
— ¿De verdad? – mi voz temblaba por su próxima respuesta.
— De verdad. Debo decir que escucharte comentar que era tu novio, me hizo pensar bastante en nosotros… Me gustas, creo que soy muy obvio. Pero se lo complicado que es una relación entre dos especies distintas.
— Somos una relación imposible para la sociedad. Pero… la sociedad puede chuparme los pies, porque también me gustas y creo que tengo, tenemos – Corregí marcando la palabra – tenemos derecho a ser felices, a experimentar y a equivocarnos. ¿No crees?
No pude evitar sonreír, cuando él se sonrojó y agachó su cabeza ocultando una pequeña sonrisa. Exhalo un poco de aire y me abrazó dejando su mejilla en mi hombro. Cai, cai completamente a sus pies. Min Luke me robó el corazón
Y ya era demasiado tarde para recuperarlo.
— Gracias, Rubí.
— ¿Por qué? – susurre lo bastante alto, para que él me escuchara.
Mi pregunta le hizo reír. Se apartó un poco de mí, para poder mirarme a los ojos.
— Le diste un toque de locura, ternura y amor a mi triste y apagada vida… Me diste la humanidad que me faltaba y me enseñaste que por muy jodida que esté tu vida, debes sonreír y ser fuerte… Te admiro, Rubí Wolf.
Sus palabras me hicieron creer que era una de esas actrices de películas románticas. Lástima que es la vida real y que sea lo único bueno que me había pasado en los últimos dos años de mi vida.
— Por algo dicen que los locos se atraen ¿no? – ladee la cabeza sin saber exactamente cómo actuar, ante sus lindas palabras – Siento si yo no soy tan cursi, no soy buena con las palabras.
— Te entiendo, no sabes lo que me costó decir eso. Pero sentí que debía hacerlo ahora… No necesito palabras bonitas tuyas, me sobra con una sonrisa, para saber lo que sientes.
El chico volvió a besarme, pero está vez fue más corto y tierno. Cuando se separó dio un pequeño toque en mi nariz, mientras sonreía mostrando sus encías. Era adorable.
— Llegaremos tarde a la cita médica si seguimos, aunque me encantaría seguir.
Asentí, ambos entramos en el coche. Durante el corto trayecto estuve en silencio, él me acariciaba a ratos la mano intentando tranquilizar mis nervios por lo que sé avecinaba.
Entrar en el edificio hizo que mi cuerpo se tensara. Caminaba agarrando el brazo de Luke. De nuevo la sensación de incomodidad, con solo sentir el ambiente del pasillo de maternidad.
Habíamos llegado justo a la hora de la consulta, no nos dio tiempo ni a sentarnos. Entramos de nuevo en la incómoda y fea consulta. Lo único bonito o alegre de esta consulta, era el calendario con fotos de cachorros y bebés juntos.
De nuevo tuve que quitarme la ropa y ponerme la dichosa bata abierta por la espalda. Las odio. Me senté de forma apresurada en la camilla, más que nada porque no tenía ganas de que el chico me viera el trasero.
— Está vez es probable que sea muy incómodo y que sientas como un pellizco. – Su sonrisa no me transmitía confianza. No termino de congeniar con este doctor.
Esta vez no estaba la doctora de ayer y eso me incomodaba más. Con ella me entendía más.
— ¿Ves esto? – asentí mientras me mostraba el extraño y perturbador aparato. – Esto es un espéculo, esto sirve para tener mejor visibilidad, para agarrar las muestras de tejido.
Mi cara de disgustó debía ser obvia, por la risa que soltó el médico. Tardé segundos en darme cuenta que se reía de Luke, quien se había quedado trabado mirando el aparato que tenía a mano.
— ¿Comenzamos? – Sonrió el médico.
— Si por favor, quiero terminar cuanto antes. – me sincere.
Necesitaba hacerlo cuanto antes y quitármelo de encima. Mientras más tardará, peor sería. El médico le dio varios consejos a Luke, también esta vez tuvieron que atarme las manos a la camilla, por precaución del médico. El chico de tez pálida se acomodó detrás de mi cabeza, agarrando mis hombros, para evitar que me incorporé y muerda al médico, como la otra vez.
Cerré mis ojos de nuevo, centrándome en la voz de Luke. Él sabía exactamente cómo calmarme y su voz susurrando era una de las claves para hacerlo.
🥀⚔🥀
Rubí no habló en todo el camino a su casa. Después de lo sucedido, no me habló más. La chica me había mordido y no hablaba, porque era un lobo.
Se molesto a tal punto cuando el médico recogió las muestras, que se convirtió en lobo. Suerte que el médico está especializado en estas especies y no se asombra por lo sucedido.
El señor Wolf nos recibió en la entrada, pero su vista fue directa al lobo de tonos marrones.
— ¿Qué hicieron?
¿Qué se suponía que debía decir? Iba a inventarme cualquier chorrada, pero Rubí comenzó a gruñir y hacer ruidos extraños. Típicos ruidos que hacen los perros, como una especie de lloriqueo.
— ¿En serio Rubí..? Ve a la habitación y relájate, no te estreses tanto estudiando.
El señor Wolf entendía lo que Rubí le decía. Pero yo no. Por eso me limité a quedarme en silencio. Rubí subió directamente, pero a mi me frenó el paso el señor. Sentí miedo cuando me señaló el pasillo.
— Me acompañas un momento a mi despacho, hablaremos de tu beca. – Su tono autoritario, terminó por asustarme.
Lo seguí a paso rápido hasta el gran despacho del hombre. Me sorprendió que me diera una copa de whisky y me hiciera sentar en su sillón de cuero.
— Sé que eres un vampiro, no puedes emborracharte, pero este whisky es especial para vampiros. Me lo trajo Park Jim hace media hora, pidiéndome una cita con Rubí… Además de que le prohibiera a mi hija, tener algo contigo.
En serio Jim fue tan imbécil de venir a casa de Rubí y decirle a su padre que nosotros estamos saliendo, o en un intento de ello… ¿Qué debo decirle? ¿Y si está en contra?
— Y-o lo siento – agaché la cabeza mirando el líquido del vaso.
— ¿Por qué te disculpas?
— amh… Creo que no soy lo mejor para su hija y entiendo que no quiera que me acerque a ella. – di un gran sorbo al vaso y lo dejé sobre la mesa, mirando directamente al hombre para enfrentarlo. – Pero su hija me gusta, créame que intente no sentir más que amistad con ella, pero Rubí es especial.
El hombre sonrió negando con la cabeza, eso me dejó confundido.
— No voy a prohibirte ver a Rubí o algo así, sería estúpido hacerlo. En primera – me mostró el dedo índice – Porque Rubí no me perdonaría alejarla de ti, se que eres importante para ella. Y en segunda – añadió otro dedo – Me agradas, eres un chico educado, te esfuerzas por sacar a tu familia adelante y cuidas de mi hija… no tiene sentido alejarte.
— ¿Entonces por qué me dijo eso de Jim?
— Porque no me agrada ese chico. No quiero gente así cerca de Rubí, quiero que a su alrededor tenga gente con la que poder contar en cualquier problema… Pero siento que fui demasiado sobreprotector con Rubí y no sabe diferenciar a las malas personas.
— No crea, Rubí es más inteligente de lo que cree. Lleva meses dando largas a Jim, pero es cierto que no termina ďe ponerle una barrera. Supongo que tiene la esperanza de que el cambie.
El hombre se levantó del sofá de cuero, para apoyarse en la mesa de su escritorio.
— Quería preguntarte otra cosita. ¿Dónde fueron hoy y porque Rubí llegó como lobo? Se que me mintió, movió las orejas mientras lo decía.
¿Debería decirle? Pero no es asunto mío. Aunque viendo lo sucedido con Jonan, si que estoy metido de lleno en el asunto.
— Si le digo, no se lo dirá dirá ella ¿cierto?
— No diré nada. Lo que hablamos nosotros dos, no sale de nosotros dos. Puedes confiar en mí, Luke.
Tengo claro que el señor Wolf sabe más de mí, de lo que aparenta saber. No sería malo si le comentará lo que hicimos, no es nada malo, solo fueron revisiones. El problema estaría si en los resultados saliera que tuviera problemas de fertilidad.
Pero en ese caso, Rubí de igual forma tendría que decírselo.