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1035 Words
Tuvimos que parar la conversación, al ver como Jimmy se acercaba a nosotros. — Rubí, debemos hablar. Esta noche se celebra la gala de recaudación para el hospital, mi padre habló con el tuyo, para que fuéramos juntos. — Lástima, no podré acompañarte porque… ya tengo pareja para ir. – me lo invente, ni sabía que hoy era la gala. — ¿¡Con quién piensas ir!? Debes aliarte con un vampiro, Rubí. No creo que a tu padre le haga mucha gracia esto. – rechisto cruzándose de brazos. — Yo iré con ella. – comentó el chico que estaba a mi lado, quien se puso en pie, enfrentando a Park Jimmy. – ¿Algún problema? — Si, es un problema que se presente en una gala tan importante con un becado. No eres bueno para nuestra imagen. – Se atrevió a decir, lo que denoto mi molestia. Le pedí el brazo a Luke, para ponerme en pie. Arreglé mi falda con delicadeza y me acerqué despacio a Jimmy. Llevé mis manos al cuello de su camisa y empecé a apretar su corbata cada vez más. — En primera, no es nuestra imagen. Porque tu y yo no tenemos nada en común, absolutamente nada. – después de apretar su corbata todo lo posible, llevé mis manos a sus mejillas y acaricié estas, mientras ladeaba la cabeza. – Y ten muy claro que iré con quien me dé la gana ¿Entiendes, Park? Di leves palmaditas en su mejilla, para después pasarle el vaso de cartón vacío de mi café. — Se amable y tiralo por mi. Dicho eso, agarré el brazo del chico de tez pálida como la nieve, alejándonos de ahí. Entramos directamente en clase, sabía donde nos tocaba, tenemos química. Me puse la bata blanca y agarré las gafas, él imitó mi acción y tomamos asiento al fondo de la clase. — Lo de ir contigo solo fue para que te dejara en paz, no te veas obligada a llevarme. – comentó mientras se acomodaba el cuello de la bata. — A decir verdad, me gustaría que vinieras. — ¿En serio? No lo dices por no quedar mal ¿cierto? — Lo digo de verdad. Quiero que vengas, siento que eres diferente a todo lo que voy a ver en esa gala. Hace bastante que no voy a una y como ya dije, me agradas. — ¿Debo llevar algo? Nunca fui a una cosa así. — De eso me encargo yo, ¿te parece venir a mi casa a comer? – Tal vez estoy yendo muy rápido con la rara amistad que estamos teniendo. — Oh comida de ricos gratis, pues me apunto. – no se lo penso mucho, parecía estar de acuerdo – Pero debo dejar al idiota de mi hermano en casa de mi hermanastro. La clase comenzó, y el resto de estudiantes entraron. De nuevo no pude prestar atención, no podía dejar de mirar al chico que tenía frente a mi. Le quedaba bien la bata y las gafas, demasiado bien. El sol le daba de reflejo haciéndolo ver aún más atractivo. No podía negar que era un chico que llamaba mi atención demasiado. Me gustaba su aura misteriosa y era tan diferente a lo que estaba acostumbrada. Que conseguía distraerme de todo lo demás. — ¿Señorita Wolf, seguirá mirando al joven Min o atenderá de una vez en clase? Me sentí súper avergonzada sintiendo las miradas de toda la clase. Por no hablar de la risita traviesa de Min Luke. Se intentaba aguantar la risa y eso lo hacía ver adorable. Cuando por fin terminó la dichosa clase, nos tocó clase de deporte. No es mi asignatura favorita. Me cambié en los vestuarios y salí con mi uniforme. Costa de un pantalón corto y una camiseta simple con el logo del instituto Goya. Me senté junto a Lena y Somi. Utilice mi mano de visera, cubriendo mis ojos del sol. — ¿No van a participar? – Pregunté al ver que ninguna chica practicaba baloncesto. — No participamos en ningún deporte, a esta edad es complicado hacer deporte con todos esos simios hormonados. – en eso tenía razón, llegaba a ser incómodo que los chicos te miren. — Lena tiene toda la razón. Por eso todas utilizamos la excusa de estar en días rojos y como el profesor es hombre, no pone ninguna queja. – las dos chicas se pusieron sus gafas de sol, mientras se acomodaban en las gradas. — ¿Pero cómo nos ponen la nota entonces? — Por exámenes cada mes. – comentó Somi. — No lo veo justo… — Si quieres participar hazlo, pero no dejarán de mirar como corres y como te botan los pechos. – Lena y su forma de ser directa. — Es tan asqueroso. Pero nosotras tampoco podemos decir nada, menudas vistas tenemos desde aquí. Tu hermano está como el queso – Somi lleva detrás de mí hermano, desde que tengo memoria. Iba a rechistar, pero mi vista se posó en Min luke. Hasta con un ridículo atuendo deportivo del instituto se veía bien. — Que poco sabe disimular. Rubí, babeas por el becado. Las dos chicas empezaron a reírse de mí, rodé los ojos para tomar asiento a su lado. Me concentré en el partido. Me gustan los deportes, más verlos que practicarlos. Es algo que comparto con mi padre, quien es fanático del baloncesto profesional. Ama a los Lakers y a los Worcester Wolves. Todo iba bien, hasta que Park Jimmy hizo de las suyas quitándose la camiseta al encestar. Paso por delante de las gradas, donde estábamos las diez alumnas femeninas y otros dos alumnos lesionados. Lo que me jodio fue que me la tirara a la cabeza. La tiré inmediatamente al suelo, muerta del asco. Eso estaba más sudado que los calcetines de mi hermano después de entrenar por horas. — Necesito una ducha urgente, por dios. Mis arcadas volvieron cuando me guiño un ojo sonriendo me. Mi cara de asco fue muy evidente. Soy una persona que no puede evitar ser muy clara con las expresiones faciales. Mi cara me delata cuando algo no me gusta o alguien no termina de caerme bien.
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