Me quedé confundida tras ver el video, no era nada malo. Solo hablábamos con ella, pero parecíamos estar discutiendo. Yo estaba bastante enfadada, cosa que no entiendo.
El video duraba apenas cinco minutos, y sólo se nos veía gesticular mucho. Debajo del video, en un mensaje de H hacia Zack ponía:
~Georgina murió justamente a las 3:25 de la madrugada. El video fue grabado a las 3 en punto, sois los últimos que la vieron viva ¿que pensara la policía?~
La gran duda que tenía era ¿Qué hacíamos nosotros en el Goya a las putas 3 de la madrugada y discutiendo con Georgina?
— Haber, lo primero será averiguar que tomaron ustedes dos, para no recordar una mierda de lo que hicieron. –El de tez pálida fue el primero en tomar la iniciativa de hablar.– Zack pregúntale que quiere a cambio de no decir nada. Si te mando el video, es por chantaje y querrá algo a cambio.
El castaño con orejas de zorro asintió, Luke le devolvió el teléfono quitándome lo de las manos.
— Tengo que ir al club y trabajar esta tarde. Puedes qued– Frene en seco sus palabras, interrumpiendole.
— Yo también trabajo.
— No, no lo haces.
— Si, si puedes hago. Yo también dejo ir a trabajar.
El chico de tez pálida bufo con recelo. No le quedó más remedio que aceptar que yo iba a ir con él. Zack también vendría con nosotros, porque según Luke no podíamos dejarlo solo y nos harían una especie de examen en el club, para saber si nos echaron alguna droga y aún la tenemos en la sangre.
No se como van a hacer eso. Pero no me quejaré si realmente pueden saber que paso.
Zack ya estaba más tranquilo, volvió a su forma humana y ahora va comiendo una hamburguesa que se compró en uno de los restaurantes del barrio. Yo ya me la comí, apenas la tuve en mano y Luke no quiso comer. Según él, ya estaba lleno.
El trayecto al club fue en silencio, el pálido vampiro caminaba delante nuestro. Mientras que en mi caso, iba agarrada al brazo de Zack y el susodicho devoraba su segunda hamburguesa.
Al llegar al club, me cambié de ropa en el camerino de chicas. Zack se mantuvo callado, mientras observaba los posters subidos de tono de la habitación. Luke entró después ya cambiado con el uniforme del club, que en su caso consistía en unos pantalones negros de camarero y una camiseta blanca básica, con el logotipo del local. En mi caso, estoy obligada a llevar una minifalda negra y una camiseta blanca básica, también con el logo del club. El problema es que, las camisetas de las chicas, están cortadas con un pronunciado escote.
Algo que a mi realmente no me importaba. Me incomodaba más la falda. Ya que debo inclinarme para limpiar las mesas. Otra cosa diferente en mi atuendo de trabajo, es que yo llevo tacones, él simplemente lleva sus deportivas de siempre.
— ¿Hanul, esta Jung Jack? – Preguntó el chico, mientras me alzaba para sentarme en el tocador.
No entendí porque hizo eso. Me pareció raro.
— No tardará en llegar, ya sabes como es, habla hasta con las paredes. – la pelinegra habló con fastidió.
Jung Jack no me transmite mucha seguridad, pero más miedo me da Kim Nam. Esos chicos se meten en cosas muy turbias y eso que apenas se de cosas turbias.
Luke se quedó con la palabra en la boca, al ver entrar a Jack con un maletín en mano. Su atuendo era extraño, parecía haber estado toda la noche de fiesta, su camisa estaba hecha un desastre, arrugada y la mayoría de botones mal colocados. Su cinturón estaba abierto y juraría que su bragueta también. Pero dejé de mirarlo rápidamente cuando Luke agarró mi brazo.
— Te sacaré sangre, Jack se lo hará a Zack. –Comentó, mientras quitaba la tirita de mi muñeca. La marca de sus colmillos ya apenas se notaba, por lo rápido que se curan nuestras heridas.
Sería más rápido si no fuera porque él es un vampiro original. O legendario mejor dicho. Eso los convierte en más letales, que un vampiro convertido. Lo mismo pasa con los lobos. Un alfa, un beta y un omega tienen diferente rango de poder.
— ¿Puedo hacerlo con los colmillos? Tengo hambre, ni desayunar me dejaron.
— No, Jack. –aclaró tajante.— Hazlo con la jeringuilla.
Jack se resignó, mientras abría él maletín. De él sacó una aguja y varios cachivaches extraños.
El paliducho acercó mi brazo a su boca sin ningún tapujo y clavó los colmillos en mi piel. Ahogue un gemido de dolor, no era agradable hacer esto con tantas personas mirando. Sacó sus colmillos y se encargó de apretar mi muñeca para que cayeran las gotas de sangre en el pequeño frasco.
En el caso de Zack, Jack le sacó sangre con una jeringuilla y también la puso en un frasco pequeño. El chico pálido limpio la sangre de mi brazo y le pidió algo para tapar la herida y que dejara de sangrar.
— Listo, Jack se encargará de investigar que tipo de sustancia pudieron daros, para olvidar lo sucedido.
La cosa se quedó ahí, ya que nos pusimos a trabajar. Luke me asignó la barra y me pidió expresamente que no saliera de ella. Zack estaba sentado en un taburete, dentro de la barra, justo a mi lado. Él jugaba a un videojuego con su teléfono. Era uno de disparar y se concentraba muchísimo, tan que cada vez que lo mataban gritaba. Llamando la atención de los clientes.
Me sorprendía que siendo un domingo a las siete de la tarde, el local estuviera lleno. Tanto de hombres maduros trajeados, como de grupos de chicos de unos veinticinco años. Esos suelen venir en grupo y se acomodan en reservados. Qué es lo principal que atiende Luke, además de las mesas frente al escenario con pasillo.
Personalmente el escenario me parece raro. ¿Qué hay de erotico ver a una chica rozar su cuerpo contra un palo de metal? ¿Eso es sexy? A mi solo me parece divertido, además de gustarme cómo bailan las chicas. Pero los hombres no toman en cuenta eso, solo les interesa que ellas apenas lleven ropa.
Admiro a las chicas que suben ahí, su valentía es realmente fuerte.
— ¡Rubí! –Giré mi cabeza hacia la dirección desde donde me llamaban. Era Chan, uno de los camareros. Me llevo bien con él, apenas hablamos.– Atiende las mesas del escenario, Min está ocupado y yo debo ir a reponer la cerveza.
Asentí sin decir mucho más. El se puso a lo suyo, sacando el barril vacío y llevándose lo. Me arme de valor y caminé a paso firme hacia las mesas donde estaban los hombres mayores. Estos admiraban a las chicas, mientras fumaban, reían y tomaban alcohol hasta reventar. La mayoría de estos esperaban a que se abrieran los privados más tarde. Eso me repugna.
— Buenas tardes ¿qué más desea tomar? – Pregunté de una forma un tanto alegre, me salió demasiado elocuente. Los tres hombres de la mesa se centraron en mí, me inspeccionaron de arriba abajo.
— A ti bonita. ¿No bailas? – Él tipo me echó todo el humo de su cigarro.
— No bailo. – aclare tajante, mientras sonreía falsamente.
— Deberías hacerlo, bonita. ¿Cuánto quieres por bailar? Mejor aún, cuánto quieres por un baile privado para nosotros tres. Seré generoso contigo.
— Dudo que tenga suficiente dinero para ni siquiera acercarse a la cifra que valgo, señor. – los tres tipos estaban desesperados por tener atención. Que lástima.
— No seas estrecha, podemos pagarte bien. Eres un lobo, eso es exótico y nos excita. Pagaremos lo que haga falta para poder tenerte.
Me dieron arcadas, ya llevaba horas con un horrible dolor de cabeza y estos tres tipos me provocaron náuseas.
— Ya dije que no. ¿Qué desean tomar para beber? – intenté centrarme en el trabajo, y dejar de lado al tipo que me está tocando la pierna.
Sentía como su mano iba subiendo y no podía hacer nada, porque estaba entre dos de los tipos y me bloqueaban el paso.
— Ya te dijimos, que a ti. Deseo tomarte a ti, con todas las poses posibles. No seas terca, si te va a gustar, bonita.
Trague en seco al sentir su mano sobre mi trasero. Odio que me toquen el trasero, la única que lo hace y permito es a Lena. Ella adora tocar los traseros, sin importar que sea hombre, mujer o persona no binaria. Le importa una mierda, mientras pueda tocarlo.
Tiene un fetiche bien raro por los traseros.
Ya me estaba enfadando. Rubí Wolf no se deja intimidar por pervertidos, por lo menos no ahora. Pensé en lo que dijo Luke la última vez, soy ‐su‐ comida. Y estos tipos son vampiros.
Quité bruscamente la gasa que tapaba la marca de sus colmillos y se la mostré al tipo. — A mi amo no creo que le guste que me estén acosando.
¿Por qué dije amo? Porque no tengo ni puta idea de los términos de los vampiros. ¿Cómo le llaman a la comida de otro?
— En efecto. A su amo no le gusta que toquen su comida. – dijo una voz a mi espalda. Sabía quién era, apreté los labios muerta de la vergüenza.
Sentí como el chico pálido apartó bruscamente la mano del hombre y se la dobló, cerré los ojos al escuchar el crujido de sus huesos.
— No vuelva a manosear la comida de otros, es de mala educación… Ahora, largo del local.
Literalmente se llevó al tipo arrastras hasta la puerta y lo sacó de una patada. Volvió a velocidad vampírica y señaló a los otros dos tipos. Quienes se levantaron mostrando las palmas de sus manos, en son de paz.
Agarró mi muñeca y tiró de ella hasta estar de nuevo detrás de la barra. – Te dije que no salieras de aquí ¿no escuchaste?
— Lo escuché, lo siento. Chan dijo que estabas ocupado y que había muchas mesas sin atender.
— A Chan no le hagas ni puto caso. No salgas de aquí en lo que queda de noche.
El resto de la noche me quedé en la barra, cuando ya era medianoche, salimos de trabajar y nos fuimos a casa. Jack llegaría en un rato para ver los resultados.
Esta vez yo pedí comida a domicilio, y también aproveche para hacer una gran compra de comida, para agradecer a la señora Ahn.
Zack estaba despanzurrado en el sofá, con un pijama de Luke, que le quedaba algo corto de piernas. Es gracioso. Pero lo mal que me sentía, no me dejaba reírme o bromear.
El fuerte dolor de cabeza y el cansancio hacían que se me cerrarán los ojos constantemente.
— Ve a la cama, hablaré con Jack y también iré a dormir.
Asentí, la verdad, no aguantaba más. Necesitaba dormir urgentemente. Me despedí de Zack y me adentre en la habitación del chico, justo después de haber ido al baño. Me dejé caer en su cama y me tape hasta el cuello, hoy tenía frío. Más bien me daban como pequeños escalofríos. Apenas tardé en quedarme totalmente dormida