— Lo siento padre. - Se adelantó en decir, mientras se posicionaba delante de mí. - Nos vamos.
No me dejó continuar con mis gruñidos, ya que agarró mi brazo y el de su hermano y salió del local a velocidades inhumanas.
— Entren al coche ahora mismo. - ordenó tajante, mientras encaraba de nuevo a Nam.
No escuchábamos lo que decían, pero el pelinegro estaba más que enfadado por sus gestos con las manos. Jae estaba asustado, tanto que lloraba de frustración de lo sucedido. Me sentía mal por él. El chico subió al coche, él se posicionó de conductor, mientras que yo estaba de copiloto.
— Iremos a mi casa, ¿te importa?
— Sin problema. - me quedé en silencio durante todo el trayecto a su casa.
Aparco el coche cerca del edificio, entre los dos ayudamos a Jae a subir a casa. En cuanto entramos por la puerta, la señora Ahn fue directamente a Jae. A quien dejamos en el sofá con cuidado.
— ¿¡Pero qué te pasó!? - La señora Ahn tocaba las mejillas de su hijo preocupada.
Luke ignoró por completo el momento madre de hijo y apartó a la mujer del menor de los Min.
— ¿Mamá es en serio? ¿¡Por qué no me dijiste nada!?
No sabía cómo actuar ante sus discusiones, era incómodo. Por eso me centré en Jae, quien me pidió urgentemente sangre de la nevera. Fui a toda prisa hasta esta y le traje uno de los bricks y él bebió como si llevara una semana en el desierto sin agua.
Luke y su madre se metieron en la habitación de esta y siguieron allí la discusión. No iba a meterme. Cuando Jae se encontraba un poco mejor, ayudé al chico a levantarse y llegar a su cuarto. Aparté las mantas y él pudo sentarse.
— Gracias por la ayuda, Rubí...
— No te preocupes, solo descansa y termina de recuperarte.
No puedo negar que siento mucha ternura por Min Jae. Aún teniendo la misma edad que mi hermano, él es adorable. Su altura, sus ojos gatunos como los de su hermano y su pequeña nariz y su corta estatura lo hacen ver adorable. Y si sumamos que es una persona muy cariñosa, termina siendo una pequeña cosita adorable. Me recordaba a Sanghyun.
— Habla con mi hermano, no quiero que se enfadé conmigo... solo intente defenderlos.
— Tranquilo, hablaré con él. Mejor descansa, lo necesitas.
Deje al chico tranquilo en la habitación, justo coincidí con Luke en el pasillo. Me señaló la puerta de su habitación, dándome a entender que entrará en esta. Tomé asiento en su cama, mientras él empezaba a quitarse la ropa. No me podía quejar de las vistas y tampoco disimulada, si no quiere que le mire, que no se quite la ropa delante de mí.
— Te dejaré ropa, es tarde así que, dormirás aquí.
¿Quedarme aquí? ¿Tenemos esa confianza? Ya hemos dormido en la misma cama, pero una ocasión fue siendo un lobo y la otra fue en mi cama, es grande y cada uno tenía su espacio. Y no me dijo horas antes que quería besarme... No tengo miedo por él, sé que va hacer todo lo posible para que me sienta cómoda. Me asusta por mi.
Somos especies diferentes, culturas diferentes y de mundos prácticamente diferentes. Su vida ya es bastante jodida, me da miedo que nuestra amistad se vuelva aún más real y por mi culpa lo destruyan aún más. El no lo merece y yo soy una bomba que terminará explotando y llevándose a la mierda a todo el que esté a su alrededor.
Por otro lado me gustaría poder ser egoísta y no pensar tanto en las personas de mi alrededor y hacerlo más en mi. En mi felicidad. Luego recuerdo que esa parte de mi está muerta, ya no puedo ser feliz. Porque todo lo que me hace feliz muere o me es arrebatado.
Es irónico que naciera teniéndolo todo, jamás me faltó de nada material. Pero realmente no supe lo que era realmente importante, hasta que lo perdí. Ahí es cuando te das cuenta de lo codicioso que es el mundo y de lo ridículos que somos, no valoramos nuestra vida, no valoramos lo que tenemos, hasta que ya no está o es demasiado tarde para actuar.
Estuve aproximadamente media hora mirando el suelo de su habitación, mientras él se duchaba. Él me había dejado de nuevo la camiseta de la otra vez. Me hizo gracia ver que la tenía guardada en su mesita de noche y no en el armario, como la otra vez.
Cuando escuche que el agua de la ducha paro, me acomode en la cama, mirando a la pared y dando la espalda a la puerta de la habitación. Me tape hasta los hombros y cerré mis ojos, deseando poder tener la mente en blanco por unos minutos.
Él tardó un rato en meterse en la cama y apagar la luz. Fingí dormir y cuando pensaba que él ya estaría dormido suspire con pesadez.
— ¿Podemos hablar? - Preguntó asustandome. No esperaba que aún estuviera despierto. Luego recordé que es un vampiro y que ellos apenas duermen durante la noche.
Me giré mirando al techo. Ambos teníamos la misma posición y nuestros hombros se chocaban debido al tamaño de la cama. – ¿Qué quieres hablar? - fue una pregunta demasiado estúpida.
— Primero, te debo una disculpa.
Giró su cuerpo quedando de lado, apoyó su codo en la cama para mejor sujeción.
— ¿Una disculpa? - Pregunté confundida.
Él asintió con su cabeza. Dejó escapar un suspiró de resignación – Siento lo sucedido, tanto lo del teléfono, como lo estúpido que fui esta tarde y la escenita que tuviste que vivir con mi padre y aquí en casa. Lo siento todo.
Me sorprendió que se disculpara, sinceramente no lo esperaba.
— No te preocupes, en mi casa has vivido cosas peores creo yo... Lo del móvil si que me molesta un poco, sigo sin saber como lo desbloqueaste.
— Ya te dije, con una foto tuya. Esos teléfonos con desbloqueo facial son una mierda.
— ¿Pero entonces tienes una foto mía? - Sonreía de forma traviesa al notar como sus mejillas se tornaron coloradas. - ¿En serio tienes fotos mías?
— Me gusta la fotografía, no es que sea un acosador o algo así. Cuando me aburro hago fotos, ya sea a paisajes o en este caso a ti... no es raro ¿no?
— No lo sé, bueno a mi no me molesta. Mientras no las vendas, vamos bien.
— Seguro que tus fans de Tik Tok las comprarían... Tengo una tuya babeando en economía.
— ¡Ya, olvida eso! Como lo hagas te pego. Me acosan por tik tok cientos de personas, me piden que suba más contenido.
— Ya eres toda una influencer, deberías estar contenta.
— Me conocen como la chica borracha que bailaba en ropa interior... No me emociona que me recuerden así.
Dejé escapar un pequeño suspiró, mientras el chico me miraba atentamente. No podía mantenerle la vista, porque su sonrisa y su mirada me ponían nerviosa.
— Se que tal vez estoy que voy a preguntar, pueda molestarte, pero quiero ayudarte y para eso, necesito saberlo... ¿Qué pasó con Sanghyun?