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1419 Words
Tome asiento junto a Luke, Zack se posicionó en frente de mi y Jonan quien aparentemente también estaba castigado se tomó la libertad de sentarse al lado de Zack. Lo que no esperaba era que Jim agarrara una silla y se pegara a mi como lapa. Era la única chica, bueno Lena estaba, pero ella es más hombre que los nueve chicos que hay castigados aquí. Mi hermano estaba entre ellos. Sentí como el brazo de Jim se acomodaba rodeando mis hombros, mientras me acercaba a él. Gruñí molesta, él realmente es agobiante. — Eres muy pesado ¿en serio no sabes cuando es no? – preguntó Luke, con fastidió. — ¿Y tu no sabes que no está bien meterse en conversaciones de otras personas? – Replicó que rubio, con tono molesto. Luke sonrió de lado, mientras se giraba hacia el rubio para encararlo. Lo incómodo era estar en medio de ambos. — Eres tan estúpido que llega a ser gracioso. – apartó de forma tosca el brazo de Jim – Para ser un niño que puede tener una educación digna, no sabes lo que es la educación. Es irónico. — Mira becado, no te metas en asuntos de personas importantes. — ¿Personas importantes? ¿Tu, importante? Para mi eres alguien insignificante. – siguieron discutiendo ambos vampiros. Jonan y Zack los miraban atentamente, mientras yo seguía en el medio, sin saber qué hacer. — Insignificante tu cara, idiota. – fueron los argumentos de Jim. — Eres tan penoso y mimado, que no sabes argumentar… — Ya, paren los dos. Están siendo muy infantiles – Jonan se atrevió a meterse en la discusión de esos dos. — Jonan no te metas, sigue pintando con tus lapiceros de niño de cinco años. – Volvió a argumentar Jim. Cosa que hizo enfadar a Jonan, quien rompió el lápicero de color azul celeste. Pareciera que Jim controla a Jonan y a Zack a su antojo y no entiendo por qué. Ellos le defienden cuando se mete en sus estúpidos líos y lo acompañan constantemente. Jonan se aguantó las ganas de querer partirle la cara al vampiro rubio y se limitó a seguir pintando con una mueca de frustración en la cara. ¿Cómo iba a poder aguantar dos interminables horas con estos cuatro? Mi paciencia no se si podrá con ello. Intenté ignorar por completo a Jim y ponerme a estudiar, pero cada dos por tres se acercaba completamente a mi, sin ningún tipo de espacio personal. Me incomoda. — ¿Rubí, qué debo hacer para que me des una cita? – seguía insistiendo el rubio. Deje aún lado lo que estaba haciendo y me centré en él. Lo que hizo también llevarme la mirada de los otros tres. — Demuestrame que no eres un idiota egocéntrico y que solo piensas en tu bienestar. – Creo que ninguno de los otros tres esperaban que yo le diera una oportunidad. Y no se la he dado, que Jim piense en alguien que no sea el mismo, es demasiado para él. Algo así imposible o improbable. — Lo conseguiré, dame una semana y lo verás. Haré que te enamores de mi. — Ja, claro, que gracioso. – Comentó Luke mientras sonreía con ironía. Veo que le molesta cualquier tipo de interacción que mantenga con Jim. No soy estúpida y él es muy obvio. Cada vez que Jim me toca o se acerca demasiado, él bufa y evita mirarnos. También puedo observar como las venas de sus manos se contraen y admito que me empezó a gustar el hecho de molestarle. Es casi imposible encontrar algo que le moleste o terminé con su enorme paciencia y eso me jode. No soy una persona que se la pase molestando como mosca cojonera, pero sí que de vez en cuando me gusta hacerlo y con él es imposible. Y justo ahora encontré un método, el problema, pues es Park Jim. Puede que la mitad del castigo me la pasara coqueteando con Park Jim. Tanto Jonan, como Luke bufaban incrédulos. A Zack le hacía gracia la situación y entendía lo que pasaba. El castigo se dio por finalizado a las siete y media de la tarde, cuando el profesor Soo se cansó de estar con nosotros. No había mantenido contacto con mi hermano durante todo el castigo, pero a la salida, cuando iba bajando las escaleras se acercó a mí. Me ayudó a acomodarme el bolso, que se me había caído. — ¿Vas a casa? Negué con la cabeza – Voy a cenar fuera ¿por? — Era para que le dijeras a papá que llegaré bastante tarde a casa, igualmente llegarás antes que yo… ¿Puedes decirle? – preguntó nervioso. — Si, está bien. Yo se lo digo cuando llegue a casa. — Gracias Ru – Me dio un pequeño abrazo y se fue alejando – ¡ten cuidado Ru! Lo miré alejarse con su grupo de amigos, por Izan siento lastima. El era el más apegado a mamá y a nuestro hermano. Le costó muchísimo seguir adelante y Ari tiene gran parte de la culpa, en que Izan sea así de idiota. Sentí como rodeaban mis hombros, pensé que era de nuevo Park Jim. Pero me llevé una sorpresa cuando giré mi cara, encontrando la de Min Luke a centímetros de la mía. Estaba serio y me miraba directamente a los ojos. — ¿Qué te dijo? – Preguntó refiriéndose a mi hermano. — Nada, solo me dijo que llegaría tarde a casa. El chico afirmó con un sonido nasal. Aún mantenía su brazo rodeando mis hombros y seguía sin entender su repentina cercanía. El no es alguien afectivo, siempre soy yo la que lo agobia con el contacto físico. Pero supe porque fue, en cuanto mire enfrente de nosotros, donde estaba Jim de brazos cruzados, mirándonos atentamente. — ¿Estás marcando territorio? – me tomé la libertad de preguntarle, mientras limpiaba su mejilla manchada de tinta. A él le tomaron por sorpresa ambas cosas, vi como sus mejillas se sonrojaron y tragó en seco sin saber cómo actuar a mi tacto. — ¿Marcando territorio? – Era evidente que estaba fingiendo no saber a qué me refería. — Si, solo te falta mear a mi alrededor y gruñir a todo macho que se acerque… No se como marca territorio un vampiro. El pelinegro agarró mi muñeca, mostrándome la marca de sus colmillos en esta. – Así marcamos territorio. Jim se habría dado cuenta, pero es idiota y fue criado como humano, no como vampiro. — ¿Osea que ahora mismo estoy marcada por ti? — Si otro vampiro se acerca a ti, sabrá qué eres mía. — ¿Tuya? – ¿cómo qué suya? No soy una persona a la que le guste sentirse de otra persona. — En términos de vampiro si, es una forma de respetar la comida de otros. Ahora además de posesión, hablamos de que soy una comida. Pero no puedo decir nada, ya que yo misma le incite a hacerlo. Zack se acercó a nosotros, consiguiendo la atención de ambos. — ¿Nos vamos? – asentí, mientras apartaba con cuidado el brazo de Luke y me posicionaba al lado del zorro. — ¿A dónde van? – La confusión de Luke era evidente. Es consciente de que Zack y yo no tenemos relación de amistad. — Vamos a cenar, pollo frito. – aclaro Zack, mientras me señalaba su coche. — Genial, me apetece pollo. Min Luke se acaba de auto invitar a la cena. No sé qué está tramando. Creo que es una venganza por mi coqueteo de broma con Jim. Zack se vio en la obligación de aceptar que viniera él, a pesar de no sentirse cómodo. Quedamos en reunirnos en el restaurante de pollo, ya que yo también tenía mi coche. Subí a este y Luke igual. En cuanto subió, le di un golpe en el hombro. — ¡ay! ¿¡Pero qué te pasa!? – se quejó el pelinegro. — Te auto invitaste a nuestra cena. — ¡¿Oh perdón, acaso es una cita!? — No es una cita, celoso compulsivo. – Estábamos empezando una discusión un poco ridícula e infantil. — ¡No estoy celoso! — No, claro que no… — No estoy celoso. – repitió — Estás siendo muy infantil, es evidente que lo estás. — Vale, joder si. Me preocupó por ti, no estoy celoso, tengo miedo de que te pase algo, Rubí. Se la situación que vives con H.
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