Con unos jeans ajustados, una camiseta blanca, un blazer n***o por encima y mis tacones negros- por decisión de Al- iba llegando al lugar donde me había citado el detective en el auto que me había recogido, el chofer era mudo o muy discreto, aún me debatía con esa duda interna. A los diez minutos de andar entre cruces y calles llenas de turistas nos detuvimos frente a un corriente edificio color gris plomo, era realmente alto y supuse que eran el edificio perfecto para la burocrasía. Bajé y en la puerta mencioné el hombre de la persona que me había citado para que fuese llamado, dos minutos más tarde la puertas del ascensor se abrían para que Malor Williams caminara hasta mi. Medía un metro con ochenta más o menos, su cabello era castaño oscuro y tenía unas ondas muy suaves en él. Su pi