Ya no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Dejo que Kenzo me mande. En el dormitorio y en el trabajo. Lo he dejado... tocarme de todas las formas en las que he estado soñando desde que lo vi por primera vez. Incluso tuve sexo telefónico con él anoche. Mientras mi hermanito estaba tirado en la siguiente habitación. Ahora, aquí estoy, caminando hacia mi escritorio vistiendo la misma ropa interior que Kenzo me hizo mantener toda la noche. Traje un par nuevo para ponerme después de entregarle estos a Beck. Espero que se me permita hacer eso. Uf, escúchame. Tal vez Kenzo tenía más razón de la que pensaba cuando decía que soy una sumisa natural. Escucho todo lo que dice y, lo que es aún peor... Me gusta. Mucho. Mi corazón late frenéticamente de emoción y nervios. No solo por la posibili