Catriel. —Deja hija, yo lo limpio, no tienes que hacerlo más hija. —No es problema mami, cocinaste yo limpio. —De verdad hija, no me gusta que vengas a limpiar. —Pero mami no... —Catriel por favor. —miro a Benjamín cuando habla, asiento alejando las manos del tarro de agua—. Despídete así nos vamos a dormir. —Si, —voy donde mi papá dándole un abrazo y un beso—. Mañana vengo papi. —Primero haz tus deberes hija, eres una mujer casada, debes estar para tu esposo. —Benjamín me dió permiso, y mañana tengo que ir a lavar ropa, vengo a buscar la de ustedes, no quiero que laves con el agua tan fría mami. —Esta bien, te dejo preparado porque sé que aunque diga que no, vas a venir igual. —Igual voy a venir y lo sabes, bueno... —abrazo a mi mamá y miro a Benjamín—. Listo, podemos irnos. —B