Benjamín.
—Tahiel. —me acerco a mi amigo que está haciendo unas trampas para pescar buscando las palabras para informarle la decisión de Catriel—. Amigo.
—¿Me vienes a pedir otro favor de mierda?.
—Vengo a decir que Catriel no va a venir, dijo que no queria la cita.
—¿No me mientes?.
—No, fui a decirle y dijo que no queria casarse. —se lleva las manos a la cabeza riendo, la verdad que no me sabe bien los gestos que hace.
—Nooo, de la que me salvé amigo. —aplaude riendo—. Nunca más Benja, nunca más, iba a ser solo un favor y los dioses sabían que no la queria para nada.
—Es una buena chica, tampoco festejes así.
—Pues pídela tú en vez de pedirnos a nosotros que la pidamos, tal vez hubiera sido buena sirvienta. —mira a otro lado asintiendo—. Puede que lo considere, me acuesto una vez con ella y ya... Como para cerrar el trato, y después que sea sirvienta así mi esposa descansa un poco de todos los trabajos que la agotan, también que nos cuide a los niños así dormimos bien. —siento que algo se va a reventar en mi pecho al oírlo hablar de esa manera, y lo peor es que lo piensa como una posibilidad—. Sabes, la voy a pedir para eso, para que nos sirva.
—Si no la vas a tratar como esposa déjala en paz. —lo apunto furioso y sabe que hablo en serio—. Ni se te ocurra pedirla para eso.
—Eso a ti no te importa, va a ser mi maldito problema si la pido no el tuyo, y lo que haga con ella no te tiene porque interesar. —lo empujo haciendo que se pare.
—Tu la pides con esas intensiones yo mismo me encargo de arruinarte la vida Tahiel, no juegues con mi paciencia.
—Tu fuiste el que me suplicó que la tome, no me digas tonteras.
—¿Qué pasa acá?. —Mawunko nos mira a la espera de que hablemos.
—Pasa que mi amigo acá me recomendó tomar una segunda esposa y ahora me dice que no lo haga, la quiere él parece.
—Benjamín, ven conmigo, hablemos un poco. —me alejo de Tahiel sabiendo que con esto, nuestra amistad terminó, todo por Catriel—. La mayor estupidez es pelear por una mujer.
—Dilo por ti Mawunko, es más, quiero pedirte la mano de Catriel.
—¿Catriel?. —el jefe hace cara de asco, eso me pone aun mas rabioso—. Bueno, es tu problema.
—Si, va a ser mi problema, de nadie más, porque va a ser un matrimonio de los dos no de pueblo. —Mawunko me agarra del brazo cuando doy un paso hacia Tahiel para ir a terminar de arreglar lo que quedó pendiente.
—No tienes permiso de pedirla hasta que sepa que pasa acá, camina Benjamín.
Estoy en silencio todo el día pensando en lo que pasó, no me gusta para nada Catriel, jamás en mi vida pasaría por mi cabeza pedirla como esposa por algún interés amoroso, pero es una muchacha que merece una buena vida, si va con el imbécil de Tahiel va a vivir una mierda de vida, maldito el momento que le suplique para que la pida, confié en él... ¿eso pensó Catriel de mi? ¿Qué podía confiar para sacarla de su situación? Y yo hice que sienta que su vida no va a mejorar para nada.
Llego a mi tienda en la noche, ya vivimos solos con Welim, mis hijos ya están casados y pronto voy a ser abuelo, y tengo una mujer que me repugna, que comparto lecho con ella solo para cumplir mi deber de esposo a cada vuelta de luna nueva, y la verdad que ya me tiene cansado está vida.
—¿Te pasa algo Benjamín?. —la miro alzando las cejas—. Tienes una cara tremenda, ¿te sucedió algo?.
—Tomé una decisión Welim.
—¿Cuál?.
—Voy a pedir una segunda esposa. —se hace un poco hacia atrás con lo que digo—. Vas a aceptarla y no quiero peleas con ella, ninguna cosa que me haga enojar contigo, si es posible que ni le hables.
—No... No Benjamín, no voy a permitirlo.
—No tienes que permitir nada. —me paro y ella comienza a llorar parándose.
—No me hagas eso, por favor Benjamín, no me hagas eso, no traigas a otra mujer.
—Ya lo decidí, solo debes aceptarlo.
—Nunca voy a aceptarlo, si traes otra mujer voy a hacer de todo para que se vaya, no los voy a dejar tranquilos Benjamín.
—¿Aun más de lo que ya me jodes vas a hacer?. —salgo aún con los gritos de Welim, voy directo donde Mawunko que está picando leña fuera de su tienda—. Mawunko, necesito hablar contigo.
—Si, dime.
—Vengo a pedir que me autorices a tener una segunda esposa.
—Sabes que tienes permitido tener otra esposa, pero me gustaría saber el motivo de la decisión.
—Quiero tener más hijos, mi esposa después de mi hijo no pudo quedar mas embarazada.
—Bien, tienes permiso porque no considero que Catriel este en buenas manos con él, ¿Es con Catriel verdad?.
—Si, con Catriel y si, sé que no es agraciada pero es una mujer trabajadora y joven, puede darme muchos hijos.
—Bien, pídela y me avisas así hacemos la ceremonia.
—Su padre está enfermo, va a ser una ceremonia simple, unirnos y ya.
—Como lo desees.
—Acompáñame a pedirla así sus padres saben que es una unión seria. —en total silencio vamos hacia la tienda de Catriel, Mawunko abre un poco la entrada anunciándose.
—¿Podemos pasar?.
—Si, pase jefe. —entro viendo lo pequeña de la tienda, también a Waira acostado con Catriel dándole de comer, y Alen acomodando unas prendas—. ¿A qué se debe su visita?.
—Vengo con propuesta de matrimonio Alen, Benjamín, uno de los mejores guerreros pide como esposa a su hija Catriel. —la miro a Catriel que se le cae el cuenco de comida.
—Oh, que honor jefe. —Waira rie agarrando la mano de su hija—. Un honor que nuestra hija se una a Benjamín, aceptamos la propuesta.
—Ssiii, que buena noticia que trae jefe.
—¿Cuándo desea la unión Benjamín?.
—Mañana mismo, me urge tener mas descendencia.
—Si, mañana entonces es la ceremonia. —miro a Catriel sin parar porque ella no dice nada.
—En la mañana traigo tela para tu vestido.
—Entonces mañana tenemos boda.
Al llegar a mi tienda Welim está sentada en medio de su lecho llorando a mares, en silencio voy hacia donde era el lugar privado de mis hijos y comienzo a prepararlo para que sea el lugar de Catriel, no mentí con que quiero más hijos, no los quise con Welin y tampoco los quiero con Catriel, pero ella es joven, es fuerte y calmada, me puede dar muchos hijos sanos.
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—A la noche es mi ceremonia, te recomiendo que no pases la noche en la tienda.
—Eres un maldito.
—Cuando nos obligaron a casar te lo dije Welim, y te lo repetí toda la vida, no te quiero, no quería casarme contigo y te dije que a penas tenga oportunidad iba a tomar a otra mujer, —agarro las telas que tengo guardadas para llevarle a Catriel—. Podemos llegar a un acuerdo, te propongo hacerte una tienda a parte y seguir responsabilizándome de ti con todos los beneficios que tienes.
—Nunca, nunca me voy a ir de esta tienda para que metas a una ramera, es mi hogar.
—Entonces haz las cosas calmadas para todos. —voy a la entrada y antes de salir la miro—. Y por tu bien Welim, vete de la tienda en la noche si no quieres oir como reposo con ella.
—Desgraciado maldito. —voy a la tienda de Catriel a dejar las telas, al entrar solo está su padre en la cama.
—Permiso Waira, vengo a dejar las telas para el vestido de Catriel.
—Si, déjalas ahí, fue a darse un baño y a prepararse para la boda.
—Lastimosamente no hay ceremonia Waira, tengo mi esposa principal y si hago ceremonia la rebajo delante del pueblo.
—Hablamos ayer con Catriel y le dijimos que no va a tener ceremonia.
—Bien, entonces a la puesta del sol vengo por su hija y mañana vengo por usted para la comida oficial.
—Vamos a esperarte Benjamín. —saliendo de ahí voy donde mi hermana a informar del casamiento, al llegar veo a mis sobrinos afuera jugando.
—Tiioooo.
—¿Cómo están?.
—Bien, jugamos.
—¿Mamá está?.
—Si, pasa. —sonrío al verla peinar a mi sobrina mas grande.
—Buenas.
—Llegaste justo para la comida. —Talca sale de su lugar privado poniéndose una remera.
—Eh, llegaste al fin, íbamos a comer sin ti.
—Bueno, se van a tener que acostumbrar a comer sin mi.
—¿Por?. —me agacho sacando un poco de pan, mi hermana cocina riquísimo.
—En la noche me caso. —quedan todos mirándome en silencio—. Mawunko lo aprobó y los padres también, en la noche es la ceremonia y mañana la comida oficial, los espero ahí.
—Obvio que vamos a ir, ¿pero con quién te casas? ¿Y la perra?.
—Welim no lo acepta obviamente, y lo sé, no se lo esperaban pero me caso con Catriel.
—¿Porqué piensas que íbamos a decir algo?. —Eva le da unos golpecitos a Saira que se para—. Es una muy buena muchacha, van a llevar un buen matrimonio.
—Eso espero, que no sea como Welim es todo lo que espero.
—¿Los chicos?.
—Aun no les digo, pero deben aceptarlo aunque no les guste, soy su padre no un amigo.
—Pero calma, no te vas a poner loco.
—No, si me pongo loco cuando creen que soy su amigo, a mi me respetan en todo momento.
—Bueno, a comer así después vas a preparar todo.
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Buenas, otra nueva historia la cual debemos esperar la aprobación, recuerden aviso en mi I.. G cuando la aprueben y cuando comienzo a actualizar.
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