Capítulo 5

1441 Words
Fernando Sus manos recorrían el dorso de mi pecho, mi camisa estaba abierta y sus labios jugaban con mi cuello pero a mi mente solo venía una mujer, esa mujer que me había vuelto loco con su toque hace años tras, sus ojos celestes me miraban con picardia y sus manos acariciaba mi cuerpo pero nada se sentía igual, porque esta mujer no era ella. -Clarissa- la llame pero ella se negó a soltarme -¿Qué pasa guapo? ¿Quieres que baje más?- pregunto tocando el botón de mi pantalón -Tengo cosas que hacer- la aparte- Será otro día hoy no puedo- me miro confundida y sonrio -¿Qué es lo que pasa? - pregunto- Antes no te importaba si había trabajo, me follabas aquí antes de continuar- estaba molesta pero era lo que había, simplemente no me apetece hacerlo -No tengo porque darte explicaciones- sabía que estaba siendo rudo con ella pero debía entender que esto no pasaría a menos de que yo lo quisiera- Así que ocúpate de volver a tu trabajo- abroche mi camisa y ella me miró molesta antes de salir. Joder, estaba pensando en ella mientras otra mujer me tocaba, ¿Porque ahora? Durante años ella había desaparecido de mi mente y ahora volvía con fuerza, venía arrasando todo lo que era porque la única que deseaba que me tocará era ella. La chica que más me odia y la que por muchas razones no debo acercarme. Me estaba volviendo loco, si loco porque no sabía que era, ¿En qué momento se me ocurrió hacer celibato? A la mierda Emma, ella no cambiará nada, no impedirá que me acueste con otras, me acerque a la puerta decidió a buscar a Clarissa pero me detuve al tomar la perilla de la puerta, la imagen de hace unas horas venían a mi, la falda ajustada a su trasero, la blusa azul, el sutil movimiento de sus piernas. Mierda piensa en otra cosa Fernando, no puedes fijarte en ella, no la mereces y joder eres un idiota tal y como lo dijo ella. Solté la puerta y volví a mi lugar, estaba exitado pero nada calmaria estas ganas, ninguna otra volvería apagar el fuego de mi interior porque al parecer mi amigo hacía decidió que solo ella podía hacerlo, cosa en la que diferia. El interfono de mi oficina se escucho y a regañadientes lo tome -Dime Clarissa- respondí un poco frivolo -Vaya, ¿Te has quedado con ganas? - pregunto- Podemos continuar- sugirió -Estoy ocupado, ¿Qué es lo que necesitas? - ignore sus palabras -Se comunican con usted de la agencia Ivanova- mi corazón comenzó a latir con prisa, ¿Podría ser ella? No claro que no para ella no era más que un ser insignificante -Pasa la llamada en este instante- respondí y colgué, en ese momento el teléfono sonó y yo lo levante- Diga- respondí -Buenas tardes señor Ferrer, soy Corinna la asistente se Emma Ivanov- suspiré era obvio que no sería ella -Dime Corín, ¿Pasa algo? - use el mismo apodo que usa ella haciendo que la chica al otro lado sonriera -Bueno no pasa nada importante- se quedó en silencio- En realidad si, como usted es socio de la empresa creo que es importante que sepa, el equipo creativo no encuentra la historia para la campaña de mañana, supuse que al ser el creador del eslogan puede ayudarnos con la historia- cerré los ojos y suspiré, esto no le gustará para nada a Emma -¿Tu jefa no está de acuerdo verdad? - pregunte y el silencio llego- Corín seré sincero, tu jefa no dejará que los ayude aún cuando sepa que soy la única salida para que terminen la campaña- un suspiro del otro lado llego -Por favor inténtelo aunque sea un poco- suplico -De acuerdo, pásame su número la llamo enseguida y trato de llegar a un acuerdo- tome un bolígrafo y una hoja en limpio, comenzó a dictarme el número y después colgó. Estaba decidido a llamarla del teléfono de la oficina pero decidí registrar el número en mi móvil y llamarla desde ahí de ese modo tendría el mío de igual manera. No voy a mentir que me molesto su mención acerca de que quería acostarme con su asistente, porque no era así, no quería eso y mierda ni aunque quisiera no podría porque no se siente bien, no me siento bien haciéndolo, tal vez debería a recurrir a las pastillas azules, esas que dicen que ayudan en eso, pero joder me negaba a pensar que no se me paraba. Estaba molesto, frustrado y completamente irritado por esa mujer, tal vez era un promiscuo pero no un imbecil para meterme con su asistente. Salí de mi oficina después de un rato, conduje hasta mi departamento estaba a las afueras de la ciudad, tenía una vista al bosque y a unos cuantos pasos más estaba la playa, era zona residencial exclusiva, solo vivíamos unas cuantas personas aquí lo que lo hacía tranquilo y acogedor. Hice un poco de ejercicio después me di una ducha y me dispuse a preparar la cena, espere la llamada de Emma pero no llego, tal vez se arrepentía o no le era útil, después de todo me odiaba. Fui a mi habitación y me recoste en la gran cama, mire al techo tratando de olvidar todo desde el principio en ese momento mi móvil se escucho, lo tomé de la mesa de al lado y atendí sin dudarlo -Hola pequeña de acero- la escuche bufar y yo sonreí, sabía que le molestaba pero a mi me gustaba verla asi -Idiota- respondió a mi saludo- Lamento la demora pero tenía cosas que hacer- suspiro- Estoy lista para escucharte y no quiero que salgas con tus idioteces- no pude evitar reir -Solo escúchame princesa, si después de escucharme decides usar todo para tu campaña puedes hacerlo- suspiro y asintio -Esta bien te escucho- el otro lado de la línea se quedó en silencio esperando a que hablará -Hace unos años mi madre me contó una historia- comencé mi relato- En un pequeño bosque vivía una hermosa ninfa, ella era preciosa, tanto que muchas mujeres estaban celosas de ella pero a la vez los hombres la veían como su presa- se quedó en silencio un momento y suspiro- Las ninfas son caracterizadas por poseer poderes naturales, crean la belleza de nuestro mundo y ella creaba un bosque precioso y lleno de riquezas en flora y fauna, lo que hacia que todos la buscarán para llegar a sus poderes- me quede en silencio -¿La mataron? - pregunto y yo sonrei -No princesa- se quedó en silencio- Las mujeres envenenaban todo lo que tocaban, querían que la dañarán, en cambio los hombres la buscaban para gobernar el bosque- continúe- Se convirtió en la presa de muchos, ella podía tomar la forma de cualquier animal, pero siempre tomaba el de gacela, una hermosa y pura gacela de oro, la siguieron por muchos días hasta que la atraparon, no la mataron pero se encargaron de destruirla- me quede en silencio y suspire- La dañaron, no tomaron lo que querían pero ella simplemente decidió cambiar, ya no es aquella misma gacela dulce y hermosa que era antes, se volvió más alerta, miraba a todos con odio, cambio su forma de gacela a un animal más fuerte y peligroso, se protegió a ella misma pero a la vez se perdio- escuche un suspiro de su parte- El bosque se siente tranquilo porque ella ya no pasea por el, porque ya no tiene esa luz, el bosque y su tranquilidad te hacen pensar en lo que estás mal porque ella se encarga de darte lo que no puede tener, trata de que uno pueda reflexionar y comprender cómo lleva su vida, ayuda encontrarte, a que vuelvas a pensar en ti, por eso es el lugar al que van las personas que necesitan pensar, que necesitan encontrar solución a sus problemas, el bosque te ayuda a encontrarte a ti mismo- termine el relato y espere a que hablará -Pobre de ella- su voz se escuchaba más apagada- Parece que encontré la historia perfecta- sonrei- Gracias pero sigues siendo un idiota- sin poder evitarlo solté una risa -Es bueno ser de ayuda para ti princesa- mencione- No se nada de publicidad pero si llego a ser de ayuda estoy disponible- me ofrecí -No creo que sea necesario pero lo tendré en cuenta, hasta nunca idiota- sonreí -Hasta mañana princesa- la llamada se corto y yo suspiré, esta era la primer conversación sin discutir y sin duda se sentía muy bien.
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