A la mañana siguiente, Michael se sentía intranquilo. Se cuestionaba sobre el rechazo de Melissa para ser madre. Nunca le gustaba ceder y ahora ella lo había convencido con solo un par de palabras. Se dio una ducha rápida y quiso ir a correr, Melissa aun reposaba en la cama cuando él se acercó y se despidió con un beso. —¡Vuelvo pronto para que desayunemos juntos! —Melissa sonrió y asintió, dio un par de vueltas más en la cama y decidió levantarse. El suave resplandor del amanecer empezaba a filtrarse en medio de las cortinas, ella quiso iluminar la habitación y se acercó para abrir las ventanas. Al poner movimiento en su cuerpo sintió un leve dolor que se extendía por todo su cuerpo recordándole la apasionada noche que había disfrutado con su esposo. Quiso observar su reflejo en el esp