Con picardía Hannah recuerda al hombre que había cautivado su corazón, luego recordó que estaba cortejando a su hermana y se le borró la sonrisa. Necesitaba conseguir toda la información posible y ahora que Melissa estaba sensible era el momento oportuno para interrogarla. —¿Podríamos dormir juntas ésta noche? —le preguntó a Melissa, mientras la miraba con aire indefenso, pero en su mente estaba maquinando una estrategia. —¡Claro que podemos dormir juntas! Llevamos tanto tiempo separadas que debemos aprovechar la ocasión. Hannah se acomodó en los brazos de su hermana y preguntó: —¿Recuerdas como era mamá? —Hannah se refería a su madre biológica, ella tenía cinco años cuando quedaron huérfanas—. Yo no puedo recordar su rostro. Ese tema era demasiado sensible para Melissa, tocaba f