Capitulo 7.

1335 Words
Me dí un ducha, me convertí esa noche ardiente en un maldito depravado s****l, la mocosa me volvió loco, no quería dejarla por más que la follara. Yo aún no estaba complacido con su cuerpo. Le dí una ducha y llevé una cámara para grabarnos. Levanté su cuerpo en el aire y coloque sus piernas en mis hombros para tener a mi merced toda su v****a en mi rostro. Le daría la cogida de su vida a ésta dulce princesita que se atrevió a desafiarme jugando de astuta conmigo. Después de limpiar los fluidos y la marca de haber perdido su virginidad conmigo quedó a mí disposición para lamer sus labios vaginales haciéndola perder el control. Solo le estaba dando un pequeño descanso y calentando su cuerpo para otro round de sexo salvaje La dejaría loca por mí, ella va a desear tenerme una vez más bajo sus bragas. La haré soñar conmigo cada noche deseando cogerla una y otra vez. Sus gemidos y el agua caliente la hicieron despertar solo un poco de su embriaguez. Por fin pude ver a la mujer que había realmente sin tantos grados de alcohol en su mente dándole la valentía con la que llegó a mí. Su orgasmo llegó a mi boca después de saborear por completo todo lo que me ofrecía en esa posición. La bajé y la miré directo a los ojos. Cómo te llamas.? Tragó grueso respirando acelerada por el orgasmo, podía ver como apretaba sus piernas aún sintiendo las convulsiones del placer que le dí. Mariana Jiménez. Me respondió después de unos segundos. La chica le dió su antiguo apellido, el cuál no involucraba a los Ford. Sin saber que se cogió a la cumpleañera, Carlo continuó su ardua tarea de complacerse a sí mismo. Dime qué quieres más y te lo daré todo esta noche preciosa. Dime qué te ha gustado y que me deseas. Yo... Carlo la vió algo dudosa, como si ella no pudiera entenderlo. Ancora non hai capito quello che voglio dire? (Todavía no sabes lo que quiero decir.?) Sí quiero, quiero que me hagas tuya una vez más Carlo no levantó la bandera blanca, no le daría tregua a esa mujer, porqué sí, a partir de esa noche ya era toda una mujer. Sé que después de esta noche vendrás a mí por más muñequita. Y yo te daré todo para hacerte mía una y otra vez hasta saciar tus deseos de puttana. Mariana no puso atención de como la llamaba, estaba hipnotizada con todo lo que la hacía sentir. Estaba fascinada con el hombre desconocido del cual no sabía su nombre, la estaba haciendo sentir como si volara. Fue puro sexo salvaje, uufff, le gustó más que celebrar su cumpleaños con toda ese gente en el hotel. Lo mejor de la noche sin duda fue la cereza del pastel, en su borrachera, acostarse con Carlo fue lo más loco y arriesgado que jamás hizo en la vida. Pensó que todo era un sueño antes de caer dormida entre los brazos de aquel hombre que se convertiría de ahora en adelante en su perdición. Carlo tomó un trozo de papel y escribió un número, lo guardó en su camisa la cual estaba tirada en el suelo, estaba casi seguro que ella la tomaría al despertar. Mariana. Desperté temprano, sentí que había dormido solo una hora, no lo sé, mi cuerpo y mi cabeza dolían a más no poder, necesitaba dormir bien. Tomé mi vestido el cual estaba destrozado y me lo puse, no cubría bien mis partes. Vi la camisa de aquel extraño sobre el piso y la tomé empapandome con esa fragancia que me hizo humedecer sin razón alguna, era muy embriagadora, algo que me gustó pero me negué a aceptar, me la puse encima y salí corriendo de aquella habitación. Había cometido un grave error y no estaba dispuesta a quedarme para hacerme cargo de las consecuencias. Salí del lugar sin prestar atención donde me encontraba. Casualmente pasó un taxi, lo detuve y me fuí a casa. Mis padres no estaban, eso fue una suerte ya que se fueron de viaje, no me verían llegar a esta hora. Entré lo más silenciosa posible sin darme cuenta que mi hermano Bryan estaba revisando unos documentos en el sofá. Era tres años mayor que Mariana y quien estaba a cargo de las empresas Ford ahora. Bryan giró, logró ver las marcar en su piel y se tensó, además estaba usando la camisa de un hombre.? Pasaste la noche fuera con un hombre.? Mariana quedó paralizada del susto, vió su piel con marcas y su pecho debía estar igual, apretó la camisa fuerza. No es lo que piensas.! Entonces que es.? Me gustaría una explicación ahora mismo. Te busqué por todo el salón después que fui al baño. Encontré a una de tus amiguitas y le pregunté por ti, me dijo que te habías ido con la otra chica que no recuerdo su nombre. Te estaban cubriendo en este jueguito.? Bryan yo... Así que te entregaste a un hombre, dime quién es.? Hermano, no pensé las cosas, estaba muy ebria, dormí con un hombre mayor, desperté está mañana en su cama y... Qué.? Estás loca Mariana.? Fue una simple apuesta con mis amigas, no imaginé que llegaría a tanto, tú mismo me dijiste que bebiera para relajarme. Ahora me culpas por la irresponsabilidad y la estupidez que cometiste.? Mierda.! Por qué hiciste algo así.? Te cuidaste al menos.? Mariana lo volvió a ver con el rostro lleno de pánico. Maldita sea Mariana, en qué mierda estabas pensando.? Bryan, necesito de tu ayuda hermano, por favor. Bryan respiró para tranquilizar la rabia que sentía con su hermana en ese momento. Te llevaré a una farmacia y después a una clínica. No es necesario ir a una clínica, tomaré la píldora, es todo. Estás segura.? Sí, iré a darme un baño, gracias hermano. Estoy molesto contigo, necesitamos hablar al respecto, después que vuelva del trabajo. Y otra cosa, no vayas por ahí contándole a tus amigas que dormiste con él. Lo sé, es vergonzoso y algo íntimo. Sabes su nombre al menos.? Yo...solo sé que es un hombre muy guapo, te lo juro todo empezó con Leandro pero... Leandro.? Qué tiene que ver mi amigo en todo ésto.? No me digas que la apuesta se trataba de él.? Mierda Mariana.! No sigo preguntando porque si él se entera que era parte de una absurda apuesta te odiara. Mariana soltó el llanto. Boo,Boo,.! Lo sé, no entiendo en qué estaba pensando, lo siento. Hace mucho que me gusta, yo solo quería darle un beso, jamás imaginé que terminaría acostándome con un desconocido. No tendré ojos para ver a la cara al chico que me gusta. Bryan se pasó la mano por el rostro muy frustrado. Sí tan solo les hubiera hecho saber a ambos que se gustaban no habría sucedido nada de esto. Ya no había vuelta atrás, su amigo no la vería con buenos ojos a partir de ahora. Qué podía hacer.? Mariana se dió una ducha y buscó ropa cómoda. Le dolía tanto su cuerpo que caminaba algo incómoda. Al parecer tuviste una noche salvaje, no puedes ni andar siquiera. Mariana se sonrojó, recordó segmentos de lo que el extraño le hizo sentir, esos ojos grises con pestañas largas jamás los olvidaría. Vamos, sube al auto, tengo una junta y no quiero retrasarme. Cuando vayamos a la farmacia le diré a alguno de los choferes de la empresa que te traiga de vuelta a casa. No quiero, puedes darme las llaves, de regreso a casa, yo conduzco. Bryan respiró insatisfecho pero accedió. Duerme y no salgas, si tus amigas te ven así sabrán que ese .... Ahhh, de verdad que estoy tan molesto contigo.! Lo sé.! En serio, solo quería relajarme con el vino, te juro que nunca más probaré el alcohol. Eso ni se te ocurra hacerlo nunca más. Mariana guardó silencio el resto del viaje por su propio bien.
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