Mariana fue a la cafetería, estaba molesta porque nada le había salido como esperaba, para rematar golpeó dos veces al chico que le gustaba y tras de eso, la regañó.
Tomó tanta comida como pudo y empezó a engullirla.
Se sentía tan llena, no quería llegar a casa, probablemente estaba de locos.
Le encantaba su ropa talla extra, se sentía cómoda y relajada.
Su madre siempre discutió con ella por no lucir como una señorita de sociedad, además, no le gustaba asistir a las reuniones de élite.
Mucho menos celebrar fechas festivas, siempre hacia su presencia, comía y se iba a su habitación o se alejaba en caso de ser fuera de casa.
No era que menospreciaba a los ricos, ni le molestaba tener lujos, es que simplemente no se sentía como parte de ellos ya que era adoptada.
Soñaba construir un centro de descanso para adultos mayores, charlar con ellos y escuchar su teoría sabia de la vida.
Podría aprender tanto de ellos.
Sería el retiro perfecto para los adultos, eso le ayudaría madurar.
Respiró profundamente, sabía que debía enfrentar su día, el que esperaba terminara pronto con una fiesta a la que no quería asistir, fue prácticamente obligada ya que era su cumpleaños.
Tomó las llaves del auto, envío un mensaje grupal en el que estaba con Susana y Cinthya.
Chicas, las veo en la noche.
Fue a casa, quería dormir, daba gracias a sus padres el que pudiera elegir su profesión porque estaría condenada el resto de su vida si la hubiesen obligado a estudiar algo en lo que no quería trabajar, Las Empresas Ford.
Al llegar a casa estaba de locos, gente por aquí y por allá.
A su madre le gustaban tanto las fiestas y el glamour.
Su padre era más reservado y Bryan era más como ella...
Ambos querían alejarse del bullicio.
Vió a su madre que bajaba las escaleras, de inmediato supo que no podría ir a descansar.
Cariño estás aquí, necesito que...
Mamá por favor, quiero descansar, tendré toda la noche para hacer lo que quieras pero por favor, quiero estar en mi habitación ahora.
Lo siento mi vida, debes ir al salón, hacerte un facial, un masaje, manicure y pedicure...
Qué.? pero...
Ningún pero, todo está programado, tu vestido también lo tengo en tú habitación con unos zapatos preciosos.
Qué vestido.?
Uno que enviaron exclusivamente desde París.
Por favor mamá, Susana me compró uno, podría al menos usar algo que no sea tan extravagante y costoso.
Su madre se dió por vencida, sabía que ya la estaba obligando a mucho, accedió para no presionarla .
Mariana fue a su habitación para darse un baño, odiaba ver que su parte íntima ya estaba con vellos así que se depilo por completo la zona baja, sus axilas y piernas, jamás iría a un centro estético a hacer algo así.
Se sentía tan relajada en la ducha que no quería salir al mundo real.
Quiénes serán mis verdaderos padres.?
Será que no pudieron cuidarme por no tener dinero o me odiaban.?
Qué sería de mi vida ahora, sería feliz.?
No es que me queje de la vida que llevo, es solo que me gustaría ser más... normal.
Salió de la ducha, se colocó unos deportivos y una camiseta para sentirse relajada.
Tomó su bolso y las llaves del auto.
Fue al spa en el cual le dieron un excelente masaje que ayudó mucho por el estrés de su fiesta.
Después fue por el manicure y pedicure, sentía su cuerpo, su piel tan suave y brillante.
En el salón le lavaron el cabello y cortaron las puntas, no quería nada extravagante así que ondularon su cabello un poco, después pasó al toque final.
El maquillaje, sus ojos ahumados resaltaban los verdes tan hermosos que tenía, en sus labios un color melocotón sin brillo le daban el toque final, era ella misma pero una versión mejorada, más adulta, más como una mujer bastante femenina y delicada.
La fiesta estaba programada para las siete de la noche.
Ya eran las cinco y treinta cuando llegó a casa, lista para ver cómo se vería con el vestido que le dió su amiga.
Pudo ver unos delicados zapatos color n***o con un tacón largo y delgado, se sujetaban por su tobillo con una tira llena de pequeños diamantes.
Buscó una hermosa tanga de encaje, diminuta, no quería que se marcará nada en su vestido.
Al tener un escote tan pronunciado no uso ningún sujetador.
Esa mujer frente al espejo era tan distinta a la que comúnmente iba a la universidad, era como ella pero a la vez no, se podían ver sus delicadas curvas, su diminuta cintura y hermosas caderas con piernas estilizadas.
Retocó un poco su maquillaje en los labios y su encrespador de pestañas.
Estaba lista al fin.
Se colocó frente al espejo y tomó un par de fotografías.
Jamás subía nada a sus r************* pero hoy posteó una de sus fotografías con una frase en ella.
Soy mejor por dentro de lo que ves hoy.!
Tomó su teléfono y salió de su habitación.
Bryan la estaba esperando en la planta baja.
Casi se le cae la boca al ver a su pequeña hermana la cual adoraba vestida así.
Frunció el ceño porque siempre la protegía y con esa ropa sabía bien que todos irían como moscas a la miel.
Por qué te pusiste ese vestido.?
Mariana rodó los ojos.
Mis amigas me lo dieron de regalo.
No me gusta, mamá no te trajo uno de diseñador.?
Bryan, por favor sí.
De todas formas tengo otra vestimenta en el auto, más cómoda en caso de querer cambiarme.
Estaba furioso con ella.
Más vale que esos viejos lagartos no se acerquen a ti.
Ewwh, ni me digas, como lo detesto.!
Sí es así, entonces por qué esa ropa.?
No lo sé, simplemente me lo puse, tal vez estoy acostumbrada a complacer a todos menos a mí misma.
Crees que yo quería una fiesta de cumpleaños.?
Sabes lo que odio asistir a lugares públicos y con exceso de personas.
Espero no me abandones al irte con tu novia.
Estaré a tu lado, no te preocupes.
Bien, nos vamos.?
Adelante.
Mamá y papá ya están en el salón.?
Sí, ya sabes cómo es ella, enloquece al tener que organizar algo, es demasiado perfeccionista.
Mmm, lo sé.!.
Bryan condujo a buen ritmo sobre la carretera.
Estás nerviosa.?
Aburrida tal vez.!
Veremos qué tal se comportan todos esta noche.
Espero no enloquezcan al ingerir licor.
Jajaja, tal vez si tomas unas dos copas de vino te relajes tú también.
Me estas dando permiso de tomar.?
Bryan se encogió de hombros.
Jajaja, te culpare a ti cuando pierda la cordura.
Dije un par de copas, no dos botellas hermanita.
Ambos sonrieron, se llevaban muy bien, él era su confidente y quien más la protegía.
Hoy vi a Leandro sabes, lo golpeé dos veces y creo que tendrá un ojo morado por unos días.
Qué, lo golpeaste.?
No fue intencional, estaba molesto conmigo tal vez ni venga.
Bryan sonrió un poco, sabía que ambos estaban enamorados el uno del otro, era algo gracioso que ninguno de los dos se diera cuenta.
No le molestaría que su hermana tuviera como novio a su mejor amigo, era un chico excepcional.
No diría nada al respecto, dejaría que ambos lo descubrieran.
Inmediatamente su teléfono enloqueció con tantas notificaciones.
No lo revisó, no sabía ni por qué había subido la foto, quiso hacerlo y ya