—Lo siento —murmuró ella llevándose una mano a la frente, cabizbaja y cerrando los ojos—. Lo siento, de verdad —susurró en medio del llanto que decidió interrumpir, evitando mirarlo a los ojos—. Nada de esto, tiene que estar pasando —se refirió a sus propios problemas, no precisamente al beso, pero eso fue lo que él entendió—. Yo… yo… no sé por qué está sucediendo. Necesito… descansar de todo esto —dijo con más tranquilidad, secando sus lágrimas y mirando a un lado por lo bajo—. Siento que… no puedo más. Estoy… muy agotada, necesito reflexionar de tantas cosas y no creo que este sea el momento adecuado para… —Marie —la interrumpió él con suavidad, tomándole cuidadosamente la barbilla con una mano para hacerla verlo—. Intento comprender por lo que estás pasando, intento no hacerme una mala