Pero lleno de enojo por aquellas palabras y falta de instinto de supervivencia en Lee, Thiago se quedó enfurruñado dentro del cubículo del ascensor, decidiendo subir y advertirle a su jefa de una vez por todas acerca del coreano, tenía pensado mencionarle que este probablemente sólo quería usarla y que hacía referencia a ella como si fuese objeto, un reto nada más; algo que Thiago, como persona que le tenía mucho aprecio, no iba a dejar que sucediera. Se acomodó el cuello de la camisa y alisó con la palma de sus manos los laterales de la prenda que habían quedado arrugados, por supuesto que no le platicaría de no ser necesario respecto al golpe que se atrevió a darle a este otro, pero al fin se había tomado el valor de hablarle a su jefa y ponerle en cuenta cuánto se esforzaba por proteger
