En la distancia, vi las hélices del helicóptero comenzar a girar. Era seguro que Gill me había visto y encendió el motor. -¿Señor Anderson? –Me llamó con tono preocupado, probablemente mi expresión hablaba por sí sola. -Regrésame a la casa de seguridad –Ordené. Me encontraba sumamente frustrado y molesto. Necesitaba pensar. Llegamos al mediodía. Hablaría con Dimas para comenzar a movilizar personal... -¡¿Qué hacen todos aquí?! –Cuestioné irritado cuando entré a monitoreo, poco antes de la comida. No había reparado en que veía a la mayoría reunirse a esa hora del día, justo cuando Dimas estaba en la cocina con Larry. No recibí respuesta, simplemente salieron apresurados unos cuantos, y los más desvergonzados sólo se hicieron para atrás, sin perder de vista la pantalla. Fue cuando la vi,