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Hoy no fue el mejor día. El trabajo la estaba volviendo loca. Todo lo que realmente quería hacer era irse a casa y que Eduard viniera. Pero ese no sería el caso. Su jefa era la perra más grande del mundo y la tenía corriendo como una gallina sin cabeza. Por supuesto, hoy había una gran sesión de fotos en el estudio. Actualmente estaba entrando en pánico en el ascensor que no se movía lo suficientemente rápido para ella. Las personas que estaban allí probablemente pensaron que era un bicho raro, no es que estuvieran equivocados. En ese momento sonó su teléfono y contestó. Era Eduard.
—Hola bebé
Al menos tenía algo para alegrarle el día.
—¿Hola preciosa, cómo estás?
—Ocupada, estresada y enojada con mi jefa, igual que todos los días. Nadie se molestó en mencionarme hasta esta mañana que hoy había una sesión de fotos. Mi jefa tomó la puta decisión a la una de la madrugada y nos envió mensajes de texto en masa. He estado corriendo de un lado a otro haciendo un millón de cosas y ahora finalmente estoy llegando al rodaje porque tengo que hacer el trabajo de un millón de personas a la vez. Realmente apesta ser editor/asistente
—Oh, bebé. Lo siento mucho. Desearía que pudiera hacer algo para ayudar
—Solo escuchar tu voz ayuda, pero podrías matar a Jessica por mí
Él se rió y ella no entendió. Todavía no le había contado el secreto de su familia. Sabía que lo necesitaba porque hablaban bastante en serio. Pero su secreto no era algo que pudiera tomarse a la ligera. La pregunta era más bien cómo decírselo, porque tenía miedo al rechazo.
—¿Estarás demasiado cansada para reunirte con mi familia esta noche? Estoy seguro de que lo entenderán. Podríamos elegir otra noche
Quería que le dijera que no podía ir. Sabía que su familia se sentiría decepcionada por no haberle contado todavía el secreto familiar.
—Estaré bien. Estoy emocionada de conocer finalmente a tu familia. Me cuentas tanto sobre ellos que siento que ya los conozco.
—¡Bren!— Rose gritó cuando se abrieron las puertas del ascensor.
Era modelo, alta, rubia, de ojos marrones y hermosa. Tenía curvas en todos los lugares correctos. No tenía idea de que Rose haría esta sesión.
—Oye, amor. Tengo que irme. Rose está aquí como una de las modelos, así que creo que estaré bien. No puedo esperar a verte esta noche
—Está bien, hermosa. Me alegra que ella esté allí, al menos no es una de esas estúpidas modelos que no saben lo que están haciendo y luego tu jefa se enoja contigo cuando las fotos son malas, No puedo esperar verte esta noche. Adiós
Ella cerró el teléfono y lo metió en el bolsillo de sus pantalones.
Rose corrió hacia ella y la envolvió en un abrazo.
—Hola, Rose. No sabía que estabas trabajando en esta sesión.
—Yo tampoco— gimió dramáticamente— Mi agente me llamó a las cuatro de la mañana y me dijo que estaba haciendo esta sesión
—Culpa a Jessica. Todo el mundo está enojado con ella por esto.
—Lo haré. Dios, estás estresada, necesitas quitarte algo de esa tensión s****l con Eduard.
Ella se sonrojó y pasó al siguiente tema.
—¿Qué llevas puesto para la sesión?— le preguntó.
—No me cambies de tema. Has estado saliendo con ese galán durante seis malditos meses y aún no te lo has follado
Brenda no quería tener esta conversación, ni ahora ni nunca. Rose sabía exactamente por qué no habían estado juntos. Eduard sólo conocía ligeramente la razón. Simplemente pensó que ella no estaba lista o que estaba esperando la palabra con M.
—No estoy lista para eso, Rose. Lo sabes. No quiero hablar de ello. No tengo tiempo para hablar de eso. Fin de la discusión.
Salió furiosa con su carpeta de archivos en busca del director de la sesión de fotos.
Rose la siguió.
—Algunas personas tienen un palo en el culo
—No. Alguien está sobrecargada de trabajo siendo menospreciada y tiene una perra como jefa.
—Está bien, tal vez tengas razón
Brenan sonrió.
—Me alegra que veas las cosas a mi manera. Además, esta noche conoceré a su familia.
—Así que déjame aclarar esto. Él no te ha dicho que te ama, no te ha jodido, pero vas a conocer a su familia. ¿Estás segura de que no es gay?
Ella se rió. A veces el humor de Rose era realmente divertido.
—Él no es gay. Respetamos el espacio de cada uno, nos divertimos. Es simple.
—¿Y a eso le llamas relación?
Ella suspiró frustrada. Rose nunca se rendía.
—Mira, Rose. Sé que no es lo tuyo, pero por favor no presiones. Estoy feliz
Por supuesto que no se tragó eso, la conocía demasiado bien.
—Feliz— se burló.
Brenda se giró con ojos suplicantes. Fue entonces cuando supo que tenía que dejar de pujar.
Rose estuvo maravillosa en la sesión de fotos como siempre, nunca tomó una mala fotografía. Ella deseaba poder ser bonita como Rose, pero la confianza que alguna vez tuvo se hizo añicos hace años. Sacudió la cabeza y se concentró en su amiga. Todos los hombres heterosexuales la deseaban, era una diosa. Rose estaba feliz, y ella también, o al menos se decía a sí misma que lo estaba. Sucedieron cosas y había pasado por muchas cosas en su vida. La terapia sólo la hizo capaz de funcionar en la sociedad una vez más y de tener amigos. Rose había pasado por toda esa mierda con ella. Rose fue la que le dio la confianza para salir de la mala situación en la que se encontraba y volver a fortalecerse.
Ella encontró su curación en su trabajo porque le daba algo por qué trabajar.
XXX
Punto de vista de Eduard
Caminaba de un lado a otro en su oficina. Estaba debatiendo si contarle el secreto de su familia ahora o dejarla conocer a su familia y luego contárselo. Si esperaba, no sería justo para su familia. Tendrían que ocultarle el secreto y posiblemente mentirle. Él no quería eso. Si le dijera ahora, que estaba estresada por el trabajo, se asustaría y posiblemente no iría a conocer a su familia y, peor aún, rompería con él.
No era justo para ella que no lo supiera.
—¿A quién estoy engañando?— gimió— Quiero decir, ¿qué se supone que debo decir? Oye, Bren, olvidé decirte que soy un...
Fue interrumpido por un golpe en su puerta.
—Eduard— Era su hermana pequeña Alicia.
Brenda era de lo único que podía hablar desde que la conoció. Alicia estaba más que emocionada de conocerla finalmente.
—Está abierto—respondió mientras intentaba recomponerse.
Ella entró, alegre como siempre.
—¿Estás bien? Puedo escucharte caminando desde la puerta de al lado. ¿Qué está pasando?
Dejó escapar un suspiro y luego se apoyó en su escritorio mientras se pasaba los dedos por su desordenado cabello bronce.
—No se lo he dicho todavía—confesó.
—¿La parte del te amo o la otra parte?
—Ambas
Ella gimió.
—Te juro que eres igual de tonto a Apolo.
Él la miró. No le gustaba que lo compararan con su hermano. En realidad nunca se llevaron bien, pero debido al negocio en el que estaban tenían que hacerlo. Odiaba trabajar para su hermano mayor.
—No me compares con él. Compárame con Mark pero no con el diablo.
—Mira, sólo estoy tratando de ayudar. ¿Por qué la invitaste si no sabe el secreto sobre nuestra familia?
—No lo sé. Sólo quería que finalmente los conociera a todos. Quería que ustedes la conocieran. Pensé que si todos se conocieran entonces sería más fácil decírselo
—Mira, es tu elección, pero por favor haz la correcta
Él resopló, como si eso realmente fuera de alguna ayuda.
XXX
Cuando sonó el timbre, Brenda casi saltó.
—¡Yo abro!— gritó Rose
Ella también era la compañera de apartamento de Brenda. Rose llegó tarde a casa y se despertó después de que esta se fue en la mañana y es por eso que no sabía que Rose estaba trabajando como modelo para Runway. Rose la había ayudado a vestirse para la cena, con la esperanza de que Eduard fuera un hombre y dijera la palabra "prohibida" para que Brenda pudiera superar sus miedos y deshacerse de su frustración s****l. Abrió la puerta para revelar a un Eduard abrigado con pantalones negros, un suéter gris y un abrigo de lana n***o. Hacía mucho frío afuera y ella lo hizo entrar.
—Hola, Rose— Dijo con una sonrisa.
—Hola. Bren saldrá en un minuto. Ya casi ha terminado de prepararse
El asintió. Rose vio algo diferente en su rostro esta noche. Había algo muy serio en toda su conducta que la molestaba.
En ese momento Brenda salió de su habitación luciendo fabulosa. Llevaba un hermoso vestido verde que le llegaba hasta las rodillas, tenía tirantes gruesos y cuello en V, combinado con botas de cuero negras hasta la rodilla, un cinturón de cuero n***o y una chaqueta de cuero negra.
—Está bien, estoy lista— anunció con un brillante.
Él acortó la distancia entre ellos al instante. La envolvió en sus brazos y acercó sus labios a los de ella.