Una persona tiene diferentes facetas en la vida, algunas veces se tiene que ser el villano, otras veces se tiene que ser el bueno, pero rara vez se es las cosas dos al tiempo. Luego existía Santiago. —La sala de juntas está lista, no llegaron todos. —¿Qué hacemos aquí, Santiago? —Fernanda miraba con curiosidad las instalaciones, era obvio que aún estaban moviendo cosas de un lugar a otro, pero era moderno, confortable y cálido. —Yo vengo a dejar un par de cosas en claro, tu me acompañas porque luego iremos a dar un paseo. Fernanda que aún sentía vergüenza en sus mejillas, miró por una fracción de segundo a Santiago a los ojos y estiró su mano para arreglar un rebelde mechón de pelo que caía sobre su frente, sin embargo no logró su cometido. —Santiago, está todo listo —Isadora los