—¿Qué eres?— pregunto antes de poder contenerme. Inclina la cabeza hacia mí. —Soy un Cernu. ¿Y tú?— —Umm... mitad hada alta, mitad humana—, respondo con cuidado, esperando que se lo crea. —Humana, ¿eh? Interesante—. —Sí, esa soy yo—, digo, aún recuperando el aliento. —Súper interesante—. Dioses, me duele el estómago. Yo también intento esconder los brazos detrás de la espalda, porque creo que aún no se ha dado cuenta de que son invisibles. —Gracias por la daga—, dice con una sonrisa. Es obvio que es la sombra de un fae muy guapo. Con unas cuantas docenas de buenas comidas junto con un largo baño y la eliminación de telarañas, probablemente sea un rompecorazones. —Gracias por sacar a la perra araña—, digo. Se pone una mano en el pecho a modo de presentación. —Soy Belren—. Intento