Dado que viví aquí durante unas semanas durante mi último período como Celestina, lo sé demasiado bien. Este lugar está lleno de más traición mezquina que una escuela preparatoria humana. —Entendido—. Duru asoma la cabeza de nuevo en la habitación. —Tengo todo listo para ella, Princesa—. —Muy bien, gracias, Duru—. Volviéndose hacia mí, dice: —Tengo que irme ahora, pero Duru te llevará a los baños y te pondrá en orden. Nadie estará allí ahora. Te teñirá la piel para que parezcas más fae de alto rango y te proporcionará cualquier otra cosa que necesites—. —Gracias—, digo, dejando mi bolso en la cama. —Y no tengo que enfatizar la importancia del secreto en esto, ¿verdad?— —Nah. Entendido—, respondo, y ante su ceja arqueada, continuo, —quiero decir, no, señora. Alteza Real. Princesa. Reb