Echo un vistazo a la zona real. —El príncipe Elphar no parece muy contento al respecto—.
Okot sigue mi mirada. —No lo estaría. Se siente amenazado por cada uno de esos concursantes. Encierra y destierra a hadas injustamente todo el tiempo, sabiendo que puede salirse con la suya. Parece que tus genfines lo superaron esta vez al actuar de una manera completamente ajena a su forma de pensar—.
—¿Qué quieres decir? —
—Se unieron. Ellos habrían quedado atrapados en esa sección hasta el fin de los tiempos. Ayudar a los demás y trabajar juntos nunca se le habría ocurrido—.
Dando un beso mental a Sylred, vuelvo mi atención de nuevo a la arena. Lo que antes era una piscina de agua tranquila y quieta ahora es un revoltijo, una masa enojada que gira y se agita. Es como el mar más traicionero en un
