—¡Me gané la lotería, señor Edson! —, dice llena de emoción, se acerca y me da un abrazo —¡La lotería!, ¡puede creerlo! —Me da gusto Feray—, digo al sentarme —¿Supongo que vienes a decirme que no vas a trabajar más conmigo? —Así es joven, ya no tengo la necesidad de trabajar, ya soy rica—, ella sonríe muy dichosa. —Supongo que me dejarás un reemplazo ¿No es así? —La verdad es que no había pensado en eso, cómo todo surgió de un momento a otro, entonces no he buscado a nadie, pero buscaré la persona idónea para que se quede a cargo de la cocina, por eso no se preocupe. —Ok, entonces te realizaré tu finiquito. —¿¡Más dinero!? —Si, es algo que te has ganado por trabajar muchos años con mi familia. —¡Oh, joven, gracias! —No hay de que, Fera. Gracias a ti por ser una gran persona, y