Desde hace algunas horas me había quedado sola, agradecía por ello ya que ver tantos doctores a mi alrededor me asfixiaba. Lo de que no recuerdo nada es cierto, tengo mi mente en blanco que ni siquiera recuerdo mi nombre, es como si antes de despertar no hubiera tenido una vida, lo único que recuerdo es la voz de ese desconocido hablándome antes de abrir mis ojos, su voz es tan suave que es como una melodía para mis oídos. Estoy concentrada pensando en él cuando la puerta de la habitación se abre, ingresa un doctor que no había visto, quizás ya hubo cambio de turno o que se yo, aunque viéndolo bien, este hombre me mira de una forma extraña. No es como los demás médicos que me revisan cada parte de mi, este tiene una mirada penetrante que me fulmina y quema al mismo tiempo, me siento incó