Estoy a pata abierta en la cama con las piernas arriba de las almohadas, Jere da vueltas donde le saqué su almohada también porque con la mía no llegaba a la altura que necesitaba para estar cómoda, es más, hasta las del sillón que tenemos en la habitación ocupé. —Ponte unas toallas algo Jere, pero quedate quieto que me sacas de mi pose favorita. —deja de girar bufando. —Dios que incómodo. —se para enojado y arrastrando las sabanas al suelo—. ¿Te traigo para ti también?. —No... Estoy bien sin nada. —va al ropero y trae toallones, estoy sin almohada y la espalda se me relaja así, así que no quiero nada más que mis piernas esten elevadas. —Voy a comprar más almohadas, esto de dormir sin nada me está matando. —se sienta doblandolas y las acomoda en su lugar mientras se masajea los hombros