Tardé tres días en poder comunicarme de nuevo a casa. Tres días en los que Vito no me dejó salir de la habitación ni salió mucho de ella, al menos eso pensaba yo, pero más de dos veces le olí el perfume de otras mujeres y aunque eso no me generaba celos sólo pensaba en cuánto tardaría para volver a mi hogar y relajarme, darme un baño sabroso en mi tina y dormir en paz sobre mi cama. -Hola, Katrina- saludó la chica al teléfono -Estoy sola- de inmediato oí el cambio de aparato. -Hija, gracias a Dios, ¿Estás bien?- La chica me pasó a mi padre a la línea y él fue rápido a lo importante, así como yo. -Lo estoy, Marcia está muerta. -¿Qué?- quizás fui demasiado rápido- Así que por eso es que su hombre pidió hablar con Rumina… Le dijimos que no estaba disponible y prometieron llamar luego pe