Me sentía avergonzada y puse la mano en su pecho necesitando en serio un momento para pensar. -Vitto- me miró y vi la molestia en sus ojos. Me soltó de inmediato y tomó su trago para buscar otro al mismo tiempo. -¿Trajiste bañador?- -¿Eh?- no entendía su pregunta, o sea sí que la entendía, pero ¿A qué venía? -Por Dios- pellizcó el puente de su nariz dándome la espalda cómo si lo estuviera sacando de quicio y eso realmente me puso en alerta. No debía estar nada bien sacar de quicio al jefe de la mafia ¿No? O yo lo puedo confirmar, habiendo vivido con mi padre por tanto tiempo- Bikini. ¿Tienes sí o no?- insistió y tragué grueso. -Sí traje- afirmé recordando lo diminuto que era y lo avergonzada que me sentiría al usarlo luego de que sólo lo lancé al bolso sin ver y ni siquiera me lo prob