Faltaba una hora para volver a reunirme con mi equipo. Decidí nadar un poco en la piscina de agua templada para no pensar demasiado en todo el drama familiar que esta situación había causado.
Agradecía el hecho de que mis hermanos ignoraran por completo todo el asunto de lo que implicaba nuestro apellido porque aunque sabía que mis padres se adoraban tenía vagos recuerdos de lo mucho que mamá lloraba al estar lejos de él.
Mi padre le había hecho daño y no estaba exenta de eso, pero había sido fiel testigo de el amor que se profesaban ese par y era un ideal de amor que tenía en claro no encontraría jamás.
No, en mi cabeza no estaba plasmada la idea de enamorarme nunca. Lo mío sería lidiar con el negocio familiar para que mis hermanos menores no se vieran involucrados y pudiesen mantener sus propias vidas de la manera más sana y legal posible. Ellos no tenían por qué llevar con la cruz de herencia si para eso estaba yo. Por eso debía sobrevivir a este dichoso encuentro con los enemigos número uno de mi padre.
-Al fin te encuentro, Xari- gritó papá, salí del agua y me cubrí con una toalla- Te dará hipotermia si sigues jugando con las temperaturas- me regañó y tomé otra para secar mi cabello. Mis manos dolían y mis venas se ponían moradas pero no me quejaría delante suyo para darle el gusto de tener razón aunque realmente la tuviera- Cariño, quiero hablar contigo en privado antes de que todo esto se vuelva más real.
-Ya es real, papá- le recordé- Me presentaste frente al escuadrón y confiaste en mí delante de todos al asignarme la misión.
-Y no me arrepiento de ello, hija- aseguró y rascó su cabeza- Pero tu madre…
Suspiré.
-Mamá nunca dejará de ser mamá, papá- volví a recordarle con cariño- Y tú nunca dejarás de ser tú. Han sabido convivir con eso durante tanto tiempo, ¿Cómo no hacerlo una vez más?
-Esta vez estás tú de por medio- negué con la cabeza.
-Soy adulto, la siguiente al mando después de ti, de hecho- vi su pequeña sonrisilla al confirmar en su cara un hecho que no era del todo cierto porque él así no lo había dejado previsto todavía- Y de una forma u otra ella tiene que entenderlo.
-Es tu madre y te adora, Xariann- sentí su mano en mi hombro, era cálida y grande- Eres su mayor orgullo y aunque te regañe es su forma de decirte que desea lo mejor para ti.
-Lo sé, aún lo hace contigo- me burlé y sonrió ampliamente. Nunca temía demostrarle al mundo lo enamorado que estaba de su mujer y era un acto que hoy en día era totalmente admirable.-Voy a vestirme- avisé antes de entrar al vestidor.
-Esta bien-aceptó asintiendo-, te espero en el salón. No tardes, un---
-Un líder da ejemplo a su escuadrón- completé su frase y sonrió orgulloso mientras negaba con la cabeza de camino hacia la puerta.
Suspiré y me vestí rápidamente.
-La empresa de Scort que utilizan regularmente es AvassModel- avisó Likia, la chica extraña que parecía odiarme- Su directora es Rumina Posgrov. Hija del asesor político ruso en Italia.
-Los tuyos jodiendonos, ¿Quién lo diría?- mi tío André bufó al oír la burla de mi padre.
-Podríamos contactarla- comentó uno de los chicos.
-¿Y luego qué?¿Que nos arruine el plan?- dijo el chico que me defendió con anterioridad. Jan Paulo, ese era su nombre.
-Si la secuestramos y ponemos a alguien en su lugar- dijo el mismo chico moreno, Luis, quien dio la otra idea tonta. Jan resopló.
-Ni siquiera te responderé.
-Luis tiene un punto- señalé hablando por primera vez desde que comenzó la reunión hacía unos minutos, todos guardaron silencio de inmediato- Podríamos atraparla y poner a una de nuestras chicas como su asistente. Tomar la llamada de los italianos e infiltrarnos de esa forma- se quedaron callados. Todos excepto el orgulloso Luis quien se sentía victorioso ante los demás por iluminar mi cabeza con su tonta idea.
Mi padre asintió desde su puesto.
-Conozco a alguien que podría contactar al chófer de la chica- dijo el tío André para nada contento con que sus compatriotas actuaran junto al enemigo- Podemos tener su ruta de viajes a tomar el momento justo para atraparla.
-Creo que encontré ese momento- señaló Marcia, la chica de tez oscura que se mantenía callada la mayoría del tiempo.- Hay un vuelo privado a nombre de Hurtaf Posgrov.
-El padre- afirmó Likia y ella asintió- ¿Cuándo viajan?
-Al parecer ya el vuelo salió- señaló la chica- Llega en… cuarenta y cinco minutos al aeropuerto- nos miró a todos y mi padre me observó.
-Entonces no perdamos más tiempo- sonreí- Recibiremos a la señorita Posgrov en su tierra como se merece.