** El resultado de los estudios **

999 Words
Hector le habían dejado la bolsa de Urostomia , qué se utiliza para recoger la orina, era un hombre inquieto, quería hacer esto o lo otro, estaba en casa esperando recuperarse, de la operación de riñón, qué había durado casi cinco horas, todo parecía tranquilo, para la vida de Héctor. Su casa era amplia de siete habitaciones, una estaba destinada, a la enfermera qué lo cuidaba, tenían dos cocineras y otras dedicadas a la limpieza. Don Héctor, invitó a la enfermera, qué lo acompañará, se veía en la obligación de tener qué viajar para ser él control, mensual de las plantaciones de paltas, además controlar las minas de cobre, salieron temprano, con él personal capacitado para eso, habían pasado 20 días, le habían sacado la bolsa, decidió viajar. Al regreso pasaron almorzar, Blanca la enfermera pidió Pescado con mucho limón, él igual qué Héctor, regresaron casi al atardecer. Elizabeth llamó a su padre, ella preguntó. —Hola padre, ¿Cómo estás? ¿Han ido a buscar los resultados? —Hija recién estan para pasado mañana, seguro irá tú madre a retirarlos. La madre de Elizabeth, de nombre Lucia retiró los estudios, se encontraría con la peor noticia, ella comenzó a mirar los resultados, la ansiedad tenía mucho dominio sobre ella, en uno de ellos decía cáncer grado cuatro, él resultado patológico de la masa abdominal, qué habían extirpado, Lucia no dijo nada, esperó lo qué dijera su médico. El médico qué operó a Hector, le aseguró qué había salido excelente la operación, qué ya no tenía él cáncer, se lo habían extirpado. Alberto sintió de nuevo, muchas ganas de soñar, él deseaba tener una fábrica de juego de living, era un sueño qué siempre había querido tener.Lucia su esposa lo apoyó en todo lo qué su marido se propusiera. Lucia, en cuánto tubo los resultados de Alberto llamó a Elizabeth. —Hola, hija él médico nos aseguró qué, tú padre no tiene nada, durante la operación le sacaron todas las células cancerígenas. Elizabeth, en ese momento, dió un grito de alegría. —¡Qué bueno madre! Héctor, se sentía renovado, con muchas ganas de vivir, estaba completamente sano. Comenzó a invertir en maquinarias para la futura fábrica de juegos de living, en telas, y buscar gente para trabajar, su padre había sido carpintero, él también soñaba siempre a dedicarse a eso. Héctor, estaba decidido a dejar aquella casa, en la qué vivían y buscar suerte en otra parte, puso la casa en alquiler, buscó un lugar privilegiado, justo para colocar lo qué él quería, la fábrica de juego de living. Héctor, compró otra propiedad en las afueras de aquel lugar, y cerca de allí, instaló la fábrica, había ahorrado toda su vida. La casa qué compró era estilo moderno, con grandes ventanales, un jardín enorme y una piscina, estaba enamorado de aquel lugar, había mucha gente importante viviendo allí, la gente rica no parecía qué fuese de la alta sociedad, en aquel lugar, vestían de alpargatas, era increíble. La fábrica qué don Héctor, puso costó mucho a qué la habilitarán, problemas con la municipalidad, con la luz, allí eran muy controladores, hasta qué al fin comenzo a marchar casi todo, por momento parecía una pesadilla; lo qué a don Héctor, le costó tener qué comenzar con todo eso. El salón de adelante, tenía un amplio salón con vidriera, contrataron, carpinteros y tapiceros, Lucia era la vendedora, la qué estaba al frente de todas las ventas. Don Hector, siguió con él trabajo de las minas y las plantaciones de paltas, puso a otro al frente de todo, él solo iba a controlar una vez al mes. Héctor, llamó a Elizabeth. —Hola hija, al fin se pudo habilitar casi todo, me siento muy feliz, era lo qué siempre había soñado, tener mi propia fábrica. —Padre, me alegro mucho, qué te encuentres bien, y qué no te hallan dejado nada malo adentro. La fábrica de Hector y señora estaba llena de trabajo, en la esquina de dónde quedaba la fábrica, había un negocio qué se dedicaba a trabajos de artesanos, una mañana la dueña del negocio, llevaba en su mano, una almohada de esas largas. —Buenos días, dijo: ella. —Traigo está almohada, si me la puedes cortar a la mitad. Lucia envío al costurero a cortar, aquella almohada, aquella mujer era una señora muy adinerada, le llevó diez carteras de cuero, para cocer los cierres, aquella misma señora, se presentó al negocio a buscar la larga almohada. —¡Buenos días! Vengo a retirar lo qué hace algunos días envié a cortar. Lucia la atiende. —Señora, tomé no es nada. Aquella señora adinerada, se sorprendió al cabo de una hora llegó con una docena de facturas. Héctor,seguía bien, a él le gustaba atender a sus clientes. Una mañana se hallaba en cuclillas, no podía levantar su cuerpo, no tenía fuerzas ni para caminar, era un hombre tan inquieto, subió a su camioneta cómo pudo, y sin avisar a nadie, se dirigió hacía la clínica, más cercana, Lucia siguió atendiendo, lo llamó para preguntar dónde estaba, él le contestó estoy internado. A Lucia la acompañó, uno de los encargados de la fábrica, para qué la llevará, apenas entró a la clínica, vió a su esposo estaba lleno de sondas. Lucia, comenzó a llorar estaba desesperada, nunca pensó encontrarse con aquel feo panorama, su esposo de piel amarillenta, le estaban colocando unidades de sangre, después qué estubo internado toda una noche, Don Héctor, pidió la alta voluntaria, siguió trabajando, otra vez, don Héctor, se quedó sin sangre, tubo qué acudir a internarse, los médicos comenzaron con él, debía hacerse estudios, tenía anemia crónica, los médicos qué habían operado, le habían dejado un pedazo de intestino mal cortado, Héctor, tenía cáncer ramificado por todo su cuerpo, las lágrimas de Lucia eran demasiadas, ella decidió volver a casa, dónde vivían antes, allí estaban los mejores médicos. Héctor, le hicieron una operación de vejiga, él médico qué lo operó, observó infinitos pólipos.
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