Elizabeth no tenía idea, dónde vivía la madre de Germán, llamó un remis y llegó hasta allí, era bastante retirado él lugar.
El clima acompañaba, mucho ese día a Elizabeth había un hermoso sol, en cuánto llegó, pudo apreciar la entrada del barrio estaba bien iluminado, lleno de plantas.
Elizabeth preguntó a la entrada.
— ¿Se encuentra la señora Fiona?
—Ellos primero llamaron al número y luego, la hicieron pasar a Elizabeth, caminó unas cuadras, hasta llegar donde vivía la madre de Germán. afuera había un perrito, qué movía la colita, le hacía fiesta.
— Hola perrito, ¿Cómo estás? ¡Qué lindo eres! ¿La dueña de esta casa? Fiona había estado viviendo en España; no se acostumbró a ese país decidió, volver otra vez a su nueva casa, qué la había dejado un poco abandonada.
—¡Hola señora! ¿Cómo está? Me agrada verla.
— Lo del otro día, lo qué pasó lo del café le pido mil disculpas.
Elizabeth entró, sentía él ambiente perfumado, la señora era muy adinerada, atrás estaba la cocinera con su delantal, afuera él jardinero, también él chofer.
—Siéntate querida, así charlamos, no ha sido fácil mi vida, he tenido qué estar en otro país extraño, dónde no me acostumbraba, mi hijo no la ha pasado muy bien se casó con una mujer, qué es una tarada, mejor hablame de tu vida,qué haces ¿A qué te dedicas?
— Señora, estudio y me faltan dos años para terminar la carrera de ingeniería Química, a sido muy difícil mis padres, son de familia adinerada.
Fiona se preparó para escuchar a Elizabeth muy atenta.
—Soy mamá soltera, su padre me abandonó.
Una lágrimas rodearon él hermoso rostro de Elizabeth.
—¡Me parece muy interesante, tu vida! ¡Qué linda eres! ¿Cuándo vas a traer a tu bebé?
— Gracias, cuándo quiera, es tan bello mi bebé ahora lo dejó en manos de Miriam Mi niñera, voy a salir adelante mi madre me ayuda mucho, me envió este lugar, él padre de mi hijo, me hizo promesas; qué no cumplió, es un hipócrita, un falso.
— Luego Fiona comenzó a confiar en Elizabeth le contó toda su vida, desde qué Germán era pequeño hasta la actualidad.