Manicomio Smile Nuevamente pasaba por los largos y tétricos pasillos de aquel manicomio, sentía miradas sobre él, no sabía si eran personas normales, los locos encerrados o los espíritus que cargaba sobre él. Pudo ver a Henry con la mirada sobre sus pies, estaban sacando el cuerpo de Luisa en una bolsa negra. Henry levantó la vista y vio a Dante, suspiró y miró a los hombres que llevaban a Luisa. — Esperen – carraspeó y miró a Dante – Dejen que la vea. Dante le agradeció con la mirada, se acercó a la camilla, los enfermeros abrieron la bolsa de plástico y dejaron que él la viera. Apretó los labios cuando la vio, trago duro y comenzó a examinarla. Al menos agradece que su cuello se haya roto y no haya sufrido tanto tiempo colgada. Sus labios estaban morados, pero no estaba hinchada de