— Debo decir algo – sonrió Andrea – Creí que, por vestir de n***o, tener el cabello largo, andar en una motocicleta y tener esta aura de chico misterioso y peligroso – Dante soltó una risita – Me imaginé que estarías lleno de tatuajes – los dos rieron muy divertidos de lo que acababa de decir. — Andrea, soy un Doctor no un chico ficticio de un libro o una película – Andrea hizo un puchero y él solo negó con una sonrisa – Mamá decía que solo los vagos tenían muchos tatuajes – sonrió mirándola – Además que jamás me decidí por qué hacerme y cuando por fin lo hice, el apocalipsis llego y mis ganas de un tatuaje se esfumaron. — Si supiera hacer tatuajes te haría uno – le sonrió – Pero puedo hacer algo – se levantó y desapareció de su vista un momento. Dante terminó el resto de su cena cuand