Joshua. Primero: yo no tengo citas. Nunca, bajo ningún concepto tengo citas, solo hace lo mío y ya, no hay nada que me comprometa sentimentalmente con nadie. Pero la había traído a un bar para tomar algo y comer. Segundo: ¿Ser un agente me daba permiso de matar a quien quisiera? Mis ojos pasan por el lugar, la manera en que los hombres la observaban, como sus ojos pasaban por su cuerpo y mis ganas de golpear a varios de ellos. — Llamas mucho la atención —me mira —, vamos a aquellas mesas —señale las mesas alejadas. Me levanté y ella me imitó, no quería estar entre tantas personas y la mesa que acaba de desocuparse era una buena opción. Pilar camino por delante y la seguí. — Salgo en lencería por la calle ¿Te asombra? —giró para mirarme. Su cuerpo estaba a punto de chocar con