Joshua. Después de que Pilar salió y cerró la puerta con un ruido sordo, mi respiración aún agitada y mis pensamientos hechos un caos. — ¡Mierda! Cada fibra de mi ser estaba en llamas, y no podía decidir si la maldición que acababa de lanzar era por la interrupción de Ben o por la frustración que Pilar había dejado tras de sí. Apoyé la frente contra la puerta, tratando de recuperar el control. Esa mujer era un enigma, una mezcla imposible de ignorar entre la tentación y la razón, y yo estaba al borde de perderlo todo por ella. ¿Cómo había permitido que las cosas llegaran tan lejos? Desde el principio había sabido que Pilar era diferente, pero esto… esto era más de lo que había anticipado. Me alejé de la puerta, con pasos pesados y sin rumbo, tratando de encontrar algo que me ancl