Después de tres arduos meses ensayando más de ocho horas diarias, durante seis de los siete días de la semana, se presentaría en el Teatro del Ballet de Moscú la obra que marcaría el debut de los ocho bailarines internacionales que el cazatalentos había recomendado becar. Entre ellos estaban Ana y Tiziano, quienes a punta de mucho esfuerzo, dedicación y sacrificio serían los bailarines principales. Todo daba a notar que ambos amigos se encaminaban a ser los mejores en la compañía, los que recibirían los papeles principales durante las próximas galas.
Al ser la primera fecha de la temporada de ballet, la compañía que dirigía el Ballet de Moscú había extendido invitaciones para diversos importantes personajes de la sociedad moscovita, incluyendo a Mikhail Belyayev, el magnate ruso de los di
