—Cálmate, primero tendremos un tiempo para nosotros, ¿si?-Una amplia recepción les dio la bienvenida con una sonriente pelirroja de marcado acento británico —¡Bienvenidos!-Él colgó luego de que la mujer se callara, unos cinco segundos tal vez y, aún ignorándola, se acercó a Anabis con una disculpa —Lo siento, amor, era del trabajo.-Anael perdió su mirada hizo donde su ángel viola con tanto odio y vio a una diminuta chica con orejas de elfo y de cabello de un tono chillón. ¿En serio? ¿Ese apellido? —Es el que uso yo— dijo encogiéndose de hombros — Anael Hellsky— Ahora no pudo disimular la sonrisa divertida que tenía así que encandiló a su amada con esa fila de dientes resplandecientes que tenía. —Eres un demonio- Lo reprendió Anabis sonriendo y negando con la cabeza al mismo tiempo —T