Anael la acostó boca arriba y se alejó hasta quedar arrodillado sobre el colchón y ella admiró su masculinidad desde el punto exacto donde estaba y se sorprendió de la misma, la erección de Anael tuvo una medida enorme con su punta húmeda y goteante y su curva un poco más a la izquierda.Tanto los ojos encendidos como en ningún momento dejaron de mirarse, los gemidos abundaban en esa habitación y posiblemente más de un vecino se podrían dejar, puesto que el teléfono inalámbrico no dejaba de timbrar y ellos no habían dado el número a nadie, así que la recepción tenía que ser la que estuviese llamando. . .. 3 horas después, Anabis y Anael estaban abatidos, recuperando la respiración de un poco y llenos de sus propios fluidos por todos lados.Anabis le dio la espalda mientras respiraban con