Por la mañana, Marco Antonio se levantó temprano y preparó las cosas que tenía que guardar. Anoche la pasó inquieto. Temprano habló con Julio César para que se fuera con ellos, aceptando de inmediato y que se quedó todo el tiempo pensando en María Elena, se le olvidó por completo. Cuando llegaron al hotel, Marco Antonio bajó del Volvo XC 90 y fue hasta su interior para ir a buscarla. María Elena al verle lo abrazó con fuerza, como si algo le hubiese pasado. Él sintió miedo en ese momento, pero no porque les pasara algo, sino, por no haber estado con ella. Una sensación de pérdida lo inundó y se molestó consigo mismo por haberle permitido ir a trabajar, pero ella era así y no había manera de hacerla cambiar de parecer. —Mari, amor ¿Te pasó algo?. Murmuró en su oído apretándola contra su