“Espera un poco más” ¡No podía esperar un día más! No se le podía pedir a alguien carente de paciencia que la tuviera…imposible. Un día y sentía que moría de la ansiedad. Necesitaba saberlo. ¿Quién los ordenaba? ¿De qué se trataba todo eso? Cuando dijo que había dos de ellos que actuaban por sí solos… ¿Se refería a Elemiah y Jeremiel? —Tenía que ser ellos dos —musité, manteniendo mi mirada fija en los huevos revueltos de mi plato. —Samara —el tono de advertencia que utilizó Elizabeth me sacó de mis pensamientos. Subí mi mirada y se encontraba completamente seria—. Desayuna, ya casi nos vamos. Asentí, pero en su mirada había algo más y no tuve la necesidad de preguntar, pues segundos después ella habló de nuevo. — ¿Quién entró a mi biblioteca y agarró uno de los libros que sabían no