CAPITULO XXIII. La propuesta

1053 Words
Tal y como don Emmanuel lo había previsto, los súbditos de Ángel mandaron a investigar a Aldo Montes, gracias a su astucia y buenas influencias logró crear un perfil falso de éste, bastante conveniente para sus fines, para que Ángel no tuviera duda alguna de que él era el elemento que necesitaba. La gente de Pedro ya le había enviado el informe acerca del nuevo mandadero: creció en un barrio común de la ciudad Alas de Bronce en la cual se desempeñó como herrero en sus inicios, pero tras una serie de peleas callejeras en las cuales se le atribuyeron algunas muertes, salió de su ciudad natal para buscar una vida mejor ya que la ambición y la codicia eran parte de su esencia y, actualmente, era prófugo de la justicia por los delitos de robo y homicidio en Loma Dorada, también. Las circunstancias de Aldo eran lo suficientemente convenientes para su nuevo trabajo, su nuevo patrón se sentía un poco identificado, lo que lo hizo omitir objeción alguna para que desempeñara el cargo de mandadero, por fortuna para él, puesto que así podría cumplir su misión sin complicaciones. Nathalya estaba lesionada de su pie y, por el momento, no podía salir al patio como cada mañana, lo cual le causaba tristeza y le quitaba el apetito, aunque sólo era una artimaña para tratar de conseguir un poco de libertad. Ángel, que nunca había sido una persona manipulable, pensaba que ella tendría esas intenciones y le ofreció cargarla hasta el patio para que pudiera salir como cada mañana y evitar que se lastimara más, pero ella no aceptó para hacerle creer que su depresión era más fuerte que una simple manipulación, nuevamente dejó de alimentarse correctamente y pasaba las horas sumida en el sueño. Esa actitud lo desconcertó, así que decidió dejarla en observación temiendo una especie de trampa para escapar, lo que él no sabía es que el plan de Nathalya iba mucho más allá de lo que él podría imaginar. La situación se complicaba un poco para Ángel, su padre, quien era una persona exigente y con altos estándares, había llamado a su hijo para presionarlo para que se casara pronto, a Ángel le disgustaba la idea de un compromiso, pero sabía que ello le traería múltiples beneficios económicos, después de todo, su padre lo estaba escondiendo de las autoridades y debía obedecerlo, para infortunio de Nathalya, ella sería la prometida que presentaría a su padre. Al día siguiente la buscó para proponerle matrimonio. - Buen día, Nathy. Escuché que no has querido alimentarte bien. ¿Te puedo ayudar a sentirte mejor? - Lo que necesito jamás lo harás, para qué preguntas - Tienes razón, jamás te dejaré ir, pero podría proponerte algo que haría tu vida más llevadera – Nathalya no quería escuchar ninguna propuesta de él, pero le convenía escucharlo - Te escucho - Mi padre me está presionando para que me case pronto, ¿puedes creerlo? – terminó de decir esto con una risa burlona – y bueno, yo quiero que seas tú mi esposa - Eso nunca - Ssshhhh, querida. No estás en condiciones de rechazarme - No entiendo - Puedes casarte conmigo y tener una vida un poco más normal o vivir encerrada en el sótano sin ver la luz del día nunca jamás en tu vida. Tú decides, piénsalo, mi padre llegará en la noche. - Recuerda que ya estoy casada - Eso tiene arreglo – comentó Ángel jugando con un arma blanca haciendo referencia a que podría quedar viuda en cualquier momento Nathalya detestaba la idea de casarse con él, pero por nada del mundo arriesgaría la vida de Alex, su marido, deseaba más que nunca escapar de ese loco, pero por el momento no podía hacerlo y decidió jugar su mismo juego, obtener todos los beneficios y así, algún día lograr escapar de su captor. Ahora sabía que Ángel estaba siendo protegido por su padre, su cómplice, y algún día podría reunir todas las pruebas que necesitaba para hundirlos en la cárcel. Aldo ahora estaba un poco más cerca de Nathalya, nunca en su vida había matado a alguien, pero sabía que en algún momento debería hacerlo para protegerse y para proteger a Nathalya, recordaba todas las películas en las que el personaje principal debía eliminar a alguien para escalar y llegar a su objetivo, ahora su mente estaba muy centrada en ello pues, debía ser el próximo guardia a la puerta de su cuñada. Don Emeterio, padre de Ángel, no creía en las palabras de su hijo, él había dicho que ya tenía una prometida que, incluso, estaba viviendo bajo su mismo techo, su hijo siempre había sido tan irresponsable y mujeriego que le era difícil, así que emprendió el viaje hacia el escondite de su hijo para conocer a la dichosa mujer y darle el visto bueno. Casi al anochecer, Ángel volvió a visitar a Nathalya para obtener una respuesta. - Espero lo hayas pensado mejor – dijo Ángel - Tienes razón, he sido una tonta - Eso es un sí - Así es, pero debo saber qué clase de vida es la que me ofreces - Tendrás lujos, toda la ropa y zapatos que desees, todas esas cosas que aman las mujeres, además tendrás acceso a toda la casa, aunque no podrás salir de aquí, recuerda que soy prófugo, y yo tendré las mujeres que yo quiera así que no te preocupes por tener que dormir conmigo, conservarás tu habitación, tendrás que portarte como una buena esposa, mi padre nunca debe sospechar que sólo es una apariencia, empezando desde esta noche, él preguntará cosas, así que ten mucho cuidado con lo que dices. - Bien – no le agradaba el hecho de que no podría salir, pero tener acceso al resto de la casa le era muy conveniente para planear su escape a la perfección. - En un momento una de las empleadas te traerá un hermoso vestido y otras coas para que te arregles, y luego bajas, por favor, debes estar muy presentable, mi padre tiene altos estándares. - ¿A qué hora debo bajar? - Alguien vendrá por ti - Estaré lista - Si fallas, tendré que encerrarte, ¿entendido? - Sí Ahora Nathalya debería fingir amor hacia su atacante y captor, ¿podrá con este gran reto?
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