V. Amargura en el alma

1811 Words
La celebración de la boda finalizaba, todo era alegría y buenos deseos. Los novios se preparaban para su viaje de luna de miel que duraría varias semanas, Europa era el destino y el avión saldría pronto, por lo que debían apresurarse. Mientras tanto, a Nathalya le esperaban las desgracias, su madre llamaba para pedirle ayuda, su mal marido la había golpeado y estaba mal herida, el hombre había emprendido la huida para evitar ser aprehendido por la policía, sabía que Nathalya lo denunciaría por haber lastimado a su madre. Ella salió corriendo hacia su casa para ayudar a su madre, mientras intentaba tomar un taxi, sacó su celular para pedir una ambulancia, pero no pudo concretar la llamada. Su obsesivo ex novio la acechaba, le ofreció su ayuda para llegar a casa pronto, ella se negó, pues le tenía miedo, pero él iba preparado para secuestrarla, bajó de su auto y la tomó del brazo con fuerza, le tapó la cara con una prenda para drogarla y la subió al auto. La llevó a un lugar solitario y espero a que despertara, pues quería doblegar su voluntad, la violó, ella gritaba que no la dañara, pero él estaba vuelto loco y no le importaron las súplicas de Nathalya. Cuando terminó la llevó a un lugar cercano a su casa, tuvo que caminar varias cuadras para llegar. Traumatizada, con la ropa destrozada, la cara golpeada y el cuerpo lleno de moretones llegó a casa, una vecina ya mayor, la vio y se acercó para ofrecerle ayuda, entonces recordó la llamada de su madre y se apuró a entrar sin dar explicaciones. En el suelo yacía su madre mal herida, pero aún respiraba. La vecina, llamada Doña Jose, le ayudó a llamar a la ambulancia y las dos se fueron al hospital. Doña Jose le aconsejó que se atendiera también, pero ella se negaba, temblaba y seguía traumatizada por lo sucedido. Le dijo que debería denunciar al infeliz que le hizo eso para tener un poco de justicia y después de una larga plática, ella accedió. Con ayuda de los médicos que la atendieron interpuso la denuncia por violación y otra por la agresión a su madre. Para su madre ya era tarde, la atención médica duró mucho tiempo en llegar y sus heridas aunadas al cáncer con el que había estado luchando, le cobraron la factura perdiendo la vida. Ahora Nathalya se había quedado sola y con la vida desgraciada, el amor de su vida casado con su mejor amiga y en su viaje de luna de miel en otro continente, no tenía más familia y no tenía ganas de ver a nadie por lo que el velorio y entierro de su madre sucedió sin muchas personas, sólo la vecina que la acompañaba y otros pocos vecinos. Fueron días muy difíciles para ella, sólo salía para ir al trabajo y de regreso, no se estaba alimentando bien, y conforme pasaron las semanas, su salud se vio desmejorada. En el trabajo le habían mandado a hacer unos análisis para saber su estado, pues no lucía nada bien. Su sorpresa fue enorme al descubrir que estaba embarazada, tener un hijo del desgraciado que la agredió no era algo que ella hubiera esperado y no sabía qué hacer. Todavía se despertaba en las noches gritando con desesperación al revivir ese momento grotesco en sus sueños y no se sentía preparada para tener un hijo, el miedo la invadía y su alma se había llenado de amargura. No se había sabido nada de Ángel, pues se había ido de la ciudad justo después de atacar a Nathalya. La policía tenía pistas de su paradero, pero no lograban capturarlo. Mientras tanto, el atacante de su madre ya había sido aprehendido y estaba en la cárcel pagando por lo que hizo. Alex y Natasha no tenían ni idea de todo lo que estaba viviendo Nathalya, ¿cómo podían imaginar que todo ésto le sucediera en tan poco tiempo y justo después de su boda? Pronto llegaría el día de su regreso, pero mientras tanto, la vida le tenía preparada otra sorpresa a Nathalya. Un señor muy formal y adinerado, en una camioneta de lujo había llegado a su puerta. — ¿Le puedo ayudar en algo? — ¿Nathalya? — Sí... — respondió con gran asombro — Quizá no me recuerdes, pero yo a ti sí — No le entiendo, señor. — Hija — Nathalya lo escuchó, entendiendo que él es el padre que la abandonó — ¡No, yo no tengo padre!, ¡él se divorció de mi madre hace muchos años y de mí también! — Nunca me divorcié de ti, hija — Por favor, váyase y no regrese — las lágrimas inundaron sus ojos y el señor se fue para evitar lastimar más a su hija. Nathalya cerró la puerta y lloró desconsolada a un lado de ella. Nathalya no sabía por qué había regresado ese señor, ¿porqué de pronto recordó que existo?, ¿dónde estuvo cuando lo necesité?, ¿por qué me abandonó? Qué fácil es regresar y pedir perdón, pensaba. Nunca esperó que su vida diera este giro. En su trabajo, una trabajadora social llegó para hablarle sobre dar en adopción a su hijo o abortarlo. — Cuando no estamos preparadas para traer a un hijo al mundo, lo mejor es no traerlo, creo que todas deberíamos ser libres de tomar esta decisión. Claro que también tienes la opción de darlo en adopción al nacer... — Pero no sé qué clase de padres tendrá, si lo amarán o no — Esa siempre es una incógnita, pero hay personas que desean con el alma ser padres, personas buenas... — Tengo miedo de que no lo traten bien — Entonces, permíteme darte la dirección de la clínica donde puedes practicarte un aborto, en caso de que así lo decidas. Sólo tienes que llamar para hacer una cita y si tu embarazo tiene pocas semanas, lo podrán practicar sin problema y sin arriesgar tu vida. — Gracias. Nathalya todavía no sabía lo que haría, le estaba costando mucho seguir adelante con su vida, estaba sumida en la depresión y nadie podía ayudarla. Su padre estaba preocupado, había estado platicando con doña Jose, quien le contó todo lo ocurrido en este corto tiempo, sobre la muerte de su madre y el infeliz que la violó. Él estaba decidido a ayudar a su hija. Nathalya había tomado la decisión de abortar, hizo cita en la clínica y se preparó desde temprano para asistir al lugar, no se había percatado que su padre la estaba siguiendo, él preocupado porque su hija podría cometer una locura y sin saber a qué había ido a ese lugar hasta que la vio salir, lloraba amargamente y al verlo quiso explicarle lo que estuvo a punto de hacer. — ¡No pude, papá! — Nathalya se desbordó en llanto ante él — Hija, ¿qué ibas a hacer? — La miró de frente y la tomó entre sus brazos para calmarla — Quería abortar, pero no pude... perdón, perdón por ésto, pero ya no puedo más — dijo desesperada — Hija, no estás sola, yo estoy contigo y sea lo que sea, siempre te voy a apoyar. — Ya no quiero vivir — dijo desconsolada — No sabes lo que dices. — La vida es muy difícil ¡y ya no puedo! — Yo te voy a ayudar. Vámonos a mi casa en la capital, jamás volverás a estar sola. — No lo sé — Hija, yo jamás te abandoné — ¡Pero no estuviste! — exclamó Nathalya — Lo sé y me duele en el alma, te lo juro — ¿Por qué papá?, ¿Por qué te fuiste?, ¿Por qué me dejaste? ¡Te olvidaste de mí! — Jamás me olvidé de ti ni por un segundo. Necesito que me escuches sin interrupciones para poder contarte lo que pasó — la invitó a subir al auto y ella accedió, ya estando los dos arriba se dispuso a contar lo siguiente — Cuando tu madre y yo nos separamos, yo me fui de la casa lleno de dolor, conduje muchas horas sin precaución y sin querer atropellé a una persona, murió de inmediato y yo tuve que pagar por lo que hice, estuve en la cárcel todo este tiempo. — ¿Y por qué nadie nos avisó? — Tu mamá lo supo, pero ella no te lo dijo — él recordaba las palabras de odio de su ex esposa, pero decidió callar por el bien de su hija — No sé por qué, quizá no te lo dijo para evitarte esa vergüenza — ¿Y cómo es que ahora tienes tanto dinero? — Un golpe de suerte, cuando salí de la cárcel una tía me estaba esperando, me llevó a la capital y me pidió que le ayudara con unos negocios. Yo acepté porque necesitaba un trabajo para venir a buscarte y tener algo que ofrecerte, no pasaron ni tres días cuando ella falleció heredándome todo lo que tenía. Y luego de arreglar unos trámites, vine a buscarte. En realidad, no hace mucho que salí. Luego de una larga plática, Nathalya accedió a irse con su padre, sólo fue a su casa a recoger sus documentos y una foto de su madre. Le pidió a la vecina que no le contara a nadie sobre su paradero y le encargó que cuidara la casa de su madre. Antes de irse, tiró a la basura el folleto de la clínica donde pensaba abortar a su bebé, luego el viento lo voló ocasionando más habladurías. Los vecinos más chismosos de inmediato sacaron conjeturas muy lejanas a la realidad, inventando que Nathalya sí había abortado para irse con su nuevo amante adinerado, doña Jose no pudo desmentir todas esas habladurías porque tuvo que salir de la ciudad por un tiempo. Cuando Alex y Natasha regresaron, Nathalya ya no estaba, a un lado del bote de basura encontraron el folleto que ella había tirado antes de irse, una vecina chismosa corrió a contarles que Nathalya había matado a su madre con su mala reputación, que su padrastro se había decepcionado tanto de ella que mejor se fue, que se había ido con su suggar daddy y que como había dado el mal paso, debía deshacerse de la criatura que esperaba para que no le estorbara en su nueva vida. Alex y Natasha estaban sorprendidos con toda esa información y al no lograr contactar a Nathalya, lo creyeron. Alex se llenó de odio hacia ella al pensar que el hijo que esperaba era de él y que lo había abortado, ¿cómo podía haber abortado al producto de su amor? Natasha no entendía el actuar de su amiga, pero conservaba la esperanza de obtener una explicación que despejara todas sus dudas y malas ideas sobre ella.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD