Con Ángel internado en un hospital psiquiátrico, Ivania y Alex podrían verse más fácilmente, si ella decidía cambiar su opinión respecto a su relación, aunque ahora ella debía representar a su esposo en los negocios lo cual le quitaba mucho tiempo, don Emmanuel había tenido que hacer a un lado el plan de sacar a Ángel de la jugada, pues llevarlo a cabo pondría en peligro la vida de su hija. Ahora debían investigar qué droga era la que le habían administrado a Nathalya para que afectara su memoria, para poder estudiarla y revertir los efectos.
Ivania se preguntaba porqué Aldo se había convertido en su cocinero exclusivo, algo debió decirle el médico que ella desconocía, entonces lo cuestionó al respecto suplicando la verdad, a lo que él tuvo que ser sincero. Ella se sintió aterrorizada, ¿quién le estaba causando tanto daño? Se preguntaba, aunque Aldo suponía que Ángel era el único culpable, debía encontrar las pruebas para demostrarle a Ivania que su esposo no era quien ella creía.
Ivania se había propuesto llegar al fondo de todo ésto y estaba dispuesta a investigar sobre esa droga, aunque para ello debiera preguntarle a sus socios. A Aldo le preocupaba que al tratar de investigar, Ivania se viera en peligro y le comunicó a don Emmanuel lo que su hija pretendía hacer, pero a la vez, él quería hacer lo mismo, así que solamente debían encontrar la manera inteligente de preguntar.
— Quiero ofrecer disculpas porque nuevamente, tendré que hacerme cargo yo, como ya les informaron, mi esposo está internado en una clínica psiquiátrica y desconocemos si saldrá algún día — dijo Ivania a los socios con ojos lagrimosos para sacudir un poco el corazón de esos hombres
— Yo no tengo inconveniente en seguir trabajando con usted, para serle sincero, usted me ha parecido más hábil y responsable que su marido — respondió don Emmanuel
— Opino lo mismo, señora Ivania — confirmó don Zacarías
— Quiero que sepan que he estado pensando en la manera de aumentar las ventas creando una estrategia, pero para ello necesito información
— ¿Qué desea saber? — preguntó don Genaro
— Como desconozco si entre ustedes hablan de éstos temas, pido una disculpa anticipada si esto no es lo correcto, de ser así, solamente cambien de tema olvidando mi pregunta
— Me intriga, señora — mencionó Don Genaro
— ¿Cuáles sustancias son las que estamos manejando y cuáles son los efectos secundarios?
— Ah, caray, esa sí que no me la esperaba — comentó don Genaro y todos se miraron detenidamente por unos segundos
— Siento incomodar, por favor, olvídenlo
— Solamente porque ya sembró en mí la intriga, ¿para qué quiere esas respuestas? — preguntó don Gilberto
— Como les mencioné, la nueva estrategia consistiría en una publicidad de boca en boca, hacer parecer que estas sustancias son benéficas para la salud
— Eso suena bien bonito — dijo don Genaro
— ¿Pero no sería mucho arriesgar? — preguntó don Emmanuel
— Como dije, es publicidad de boca en boca, un cliente lo recomienda a otro y así sucesivamente, ustedes saben que entre clientes se cuidan las espaldas, además, nuestra gente nos informará de inmediato en caso de algún problema
— Me está agradando la idea, podríamos hacer una prueba en uno de los pequeños sectores para ver cómo funciona, ¿qué dicen? — comentó don Zacarías
Todos estuvieron de acuerdo en hacer la prueba, Ivania obtuvo la información que necesitaba y pronto la hizo llegar a su médico a través de Aldo, quien de inmediato se puso a trabajar en el caso.
En el reclusorio, Natasha continuaba ganándose la confianza de sus compañeras, una a una iban contando sus historias y el tiempo no le alcanzaba para terminar de escribir todo, ya había solicitado más cuadernos para continuar con su trabajo. El nuevo editor estaba muy al pendiente de ella, y él mismo se estaba encargando de transcribir el diario para su publicación, le encantaba la esencia de Natasha, la manera en que hacía que sus palabras traspasaran todas las barreras del corazón, estaba seguro que con ésto, sus lectores volverían.
En el penal había un poco de todo, las mujeres que estaban allí habían tenido que pasar por mucho, algunas se rehusaban a contar sus experiencias, otras no estaban contentas con lo que Natasha estaba haciendo, pero el director había sido muy claro con todas para que nadie la molestara o intentara perjudicarla, él también estaba fascinado con el trabajo de ella y gracias a ello, se dió a la tarea de crear un grupo de apoyo para sus reclusas, en años que llevaba trabajando allí, nunca había visto, por parte de las reclusas, interés en recibir atención psicológica, a pesar de que el penal contaba con departamento de psicología, en cambio, ahora la psicóloga no tenía ni un minuto de descanso, por lo que el grupo de apoyo le sería de gran ayuda.
El grupo de apoyo consistía en que la psicóloga hacía grupos de máximo diez personas, en este compartían sus experiencias y se daban ánimos unas a otras, se decían cosas negativas y positivas de sí mismas y de las compañeras, con el afán de mejorar como seres humanos, como en el AA, así también se iban formando lazos de amistad entre ellas y la calidad del penal ascendía notoriamente.
Mientras Natasha brillaba dentro de ese lugar, Luis Roberto tenía que mantener su apariencia de joven ejemplar, le estaba costando mucho, sus padres estaban muy al pendiente de él y eso comenzaba a exasperarlo, ya que, con tanta atención de ellos, él no podía hacer de las suyas.
Ángel continuaba en el hospital psiquiátrico, aunque odiaba estar allí, sus alucinaciones no se iban y él era el principal interesado en recuperarse, tenía mucho por hacer todavía y debía atender varios asuntos que le robaban la tranquilidad, como el hecho de que Ivania estuviera sola ahora y de seguro, recibiendo el apoyo incondicional de don Emmanuel.
Efectivamente, don Emmanuel continuaba apoyando a Aldo y a Ivania, el médico ya estaba averiguando la mejor manera de contrarrestar los efectos de la droga y así, devolverle sus recuerdos a esa mujer.
Alex había comenzado una pequeña gira para promocionar su trabajo y el de sus hijos, aprovechando que los niños estaban de vacaciones, junto a su padre, los cuatro se fueron de viaje, una nueva experiencia para los niños y una gran manera de cambiar de aires y olvidarse de todo. Con la gira, le era imposible estar con Ivania, pero a fin de cuentas ella había decidido alejarse de él y ésto les serviría a ambos.
Luego de la gira, todos regresaron con una energía diferente, más alegres y con muchas ganas de seguir luchando. Alex sabía que Ángel no estaba y venía dispuesto a reenamorar al único amor de su vida. Aldo continuaba ayudando a su hermano para ello.
Después de todo este tiempo de luto, don Emmanuel al fin se había armado de valor y fortaleza para cumplir con la última voluntad de su esposa, se trasladó para conocer el pueblito, San Bartolomé era un lugar muy pobre con personas humildes, y necesitaba mucho trabajo para que sus habitantes tuvieran por lo menos, lo necesario, agua potable, drenaje y comunicación, en cuanto llegó, su mente fue formando planes de cómo mejorar, eran tantas las necesidades que tuvo que anotar en una libreta para que no se le olvidara ningún detalle. Las personas, de inmediato supieron que él no era de allí y uno de los habitantes se acercó por averiguar, a lo que él solamente respondió haciendo preguntas.
— Mi nombre es Emmanuel Veleta y estoy buscando esta dirección
— Es la casa que esta al fondo de esta calle, nomás siga derecho
— Gracias caballero, ¿sabe si vive alguien allí?
— No, señor, hace tiempo que fallecieron los señores y la única hija que tuvieron, se fue a trabajar a la capital, ella era el sostén de los viejitos y cuando ellos fallecieron, ella ya no regresó por acá
— Matilde
— Ándele, ¿Usted la conoció?
— Fue mi esposa
— ¡No me diga que falleció!
— Desafortunadamente, tuvo cáncer por meses y perdimos la batalla
— ¡Cómo lo siento! — dijo el señor, quitándose el sombrero
— Iré a la casa, entonces, ¿usted podría hacerme el favor de mostrármela?
— Cuente con ello
La casa no era muy grande, pero tenía un amplio terreno, lo cual le hizo cambiar el plan de vender, pero no por codicia, sino porque eso le daba una nueva idea para mejorar la calidad de vida de todos.
Don Emmanuel conoció todo lo que pudo del pueblo y se regresó a la ciudad, llegó directo a su constructora y le pidió a Alex que le ayudara en este proyecto, él tenía mucho trabajo ahora, pero la idea le había gustado y decidió aceptar.
Ángel ya estaba mejor, las alucinaciones ya no le perturbaban, se había acostumbrado a ellas, los médicos se habían cuenta que los estaba engañando para poder salir pronto, pero le seguían el juego para no incitarlo a la violencia.
Ivania estaba ansiosa por ver a Alex, ya sabía que estaba de regreso en la ciudad y había pedido a Aldo citarlo en un restaurante para hablar con él. Alex había permanecido enterado de todo y estaba contento de saber que pronto ella lograría recordar. Después de comer, se fueron a un lugar más privado, estuvieron juntos una vez más en la intimidad. Iban saliendo del lugar cuando se toparon a don Emmanuel, quien de inmediato supo lo que había pasado entre ellos, estaba feliz, pero a le vez incómodo, tal como se siente cualquier padre en una situación así. No dijo nada, sólo se llevó a Ivania de allí, la siguió para asegurarse que llegara con bien a casa.
Para sorpresa de todos, Ángel había escapado del hospital y estaba allí observando a través de la ventana cómo su mujer se despedía tan amablemente de don Emmanuel, ardía en celos y estaba furioso, Ivania no podía imaginar lo que le esperaba al entrar.