CAPITULO XXIX. La traición

1255 Words
Tal como Aldo aconsejó, Ángel explicó a su padre la situación de Ivania, él muy comprensivo se comportó, aunque sospechaba que sucedían cosas extrañas. Nathalya permaneció en cama durante todo el día al cuidado de Aldo, quien no dejaría que nadie entrara a su habitación a desestabilizarla. Faltaba poco tiempo para la boda y él estaba dispuesto a todo con tal de liberarla de ese yugo, sacó la carta que había escrito tiempo atrás y se la entregó a Nathalya para que la leyera con calma ahora que nadie vendría a visitarla, y así, pudiera memorizarla, luego le solicitó que la desapareciera de alguna manera para que nadie la viera nunca. Nathalya la leyó detenidamente una y otra vez para memorizar cada paso, y luego la hizo pedazos y la arrojó por el baño. Don Emeterio veía muy nervioso a su hijo y cuando le preguntaba la razón, Ángel inventaba cualquier cosa y luego disvariaba, en un par de ocasiones llamó a Ivania por su verdadero nombre. Entonces, el señor comenzó a temer que esa joven fuera la desaparecida que sale en las noticias con frecuencia, pero no pretendía desatar aún más la locura de su hijo. Se regresó a la ciudad para buscar a la familia de la joven, pronto conoció a don Emmanuel y él le platicó exactamente todo lo sucedido, le pidió que tuviera paciencia ya que él, le ayudaría a recuperar a su hija y a detener a su hijo, ahora comprendía el daño que había causado al haberlo escondido por tanto tiempo. Pero Ángel tenía planes que nada ni nadie podrían deshacer, su locura era más evidente cada día y Aldo estaba más despierto que nunca para dar la batalla. La noche anterior a la boda, Ángel visitó a Nathalya para advertirle que al día siguiente no tendría escapatoria, ya siendo su mujer tendría todo el derecho de estar con ella y todo el miedo de Nathalya se había convertido en un gran odio que sus ojos expresaban. Nadie contaba con que comenzaría un ataque armado contra Ángel y su gente, Aldo vió la oportunidad perfecta para escapar con su cuñada, don Emeterio esperaba el momento perfecto para ir por Nathalya, grande fue su sorpresa al toparse con Aldo sacándola del lugar como grandes amigos, sólo observó por un segundo y los dejó ir indicándoles el mejor camino para la huida. Todo se complicó cuando Aldo recibió un balazo en la pierna, exigió a Nathalya que siguiera sin él, que él se escondería hasta que pudiera ser atendido, mientras ella debía ganar tiempo, ella no quería, pero él la empujó y así tuvo que correr y hacer todo lo posible para que no la atraparan. Nathalya corrió lo más que pudo hasta llegar a un pequeño pueblo donde encontró un refugio, una pequeña cabaña de madera donde se ocultó hasta el amanecer. La preocupación por Max le remordía la consciencia, pero sabía que regresar lo complicaría todo aún más y tuvo que seguir su camino hasta la capital, hasta reencontrarse con su amada familia. Llegando a la capital, se percató que alguien la seguía, era la gente de Ángel que ya la había ubicado y no dejaría que se fuera, trataba de ocultarse, pero estaba cansada, con después de tanto andar, los matones estaban por todos lados, traían armas y definitivamente, no estaba dispuesta a regresar, quizá la muerte sería su única salida. Había mucha gente preguntándose lo que ocurría y la policía andaba rondando el edificio, Ángel no quería ser agarrado por ellos, y evitó más escándalo, Nathalya se metió entre unos edificios y subió hasta el segundo por uno de ellos hasta el techo, Ángel la había seguido hasta allí y se paró justo enfrente, un hombre armado estaba tras ella y no tenía salida, sólo unas escaleras la separaban de la libertad, sabía que no le dispararían para no dar pie a la policía y sin pensarlo, corrió hacia las escaleras resbalando hasta el suelo, Ángel la vio tirada en el suelo pensando que podría estar muerta, pero la policía se acercaba para ayudarla y él se tuvo que ir, dejándola allí, como el cobarde que siempre ha sido. El día de la boda llegó, don Emmanuel había sido avisado que hoy recuperaría a su hija a como diera lugar, todos estaban listos para su regreso, pronto comenzaron a recibir las noticias del ataque armado, don Emeterio estaba muerto y Ángel seguía prófugo de la justicia, rezaban para que Max y Nathalya estuvieran con vida, pronto llamaron para avisarle que su hija había sufrido un grave accidente y había sido trasladada al hospital, Alex y don Emmanuel se fueron de inmediato al hospital, Natasha a cargo de los niños y Matilde debía descansar para recuperarse más pronto, la angustia era terrible. Cuando llegaron al hospital, Nathalya se debatía entre la vida y la muerte, las heridas eran múltiples y el golpe en la cabeza tenía muy preocupados a los doctores, tomografías, rayos x y muchos estudios más que le tenían que practicar y nadie daba una respuesta a los familiares. Después de varios minutos, Nathalya entró en coma y nadie podía decir si despertaría algún día o no. Por otro lado, Ángel ya había hecho un conteo de sus hombres, a los malheridos los dejó morir sin siquiera intentar salvarlos, quedaban pocos y no podía darse el lujo de eliminarlos a todos porque no le quedaría ninguno para su protección, los heridos con salvación estaban siendo atendidos por su propia gente, entre ellos Aldo, quien tuvo que dar una explicación contundente para no ser asesinado en ese momento por haber dejado escapar a Nathalya. — Con todo respeto, patrón, don Emeterio llegó por Nathalya, dijo que debía protegerla del ataque y yo los acompañaba, precisamente para evitar que se escapara, su padre me disparó y no pude hacer mucho, su mujer huyó con su padre y me dejaron allí tirado, ni siquiera sé cómo no me mataron con tanto balazo. Pero usted tiene razón, yo no evité que escapara, jálele de una vez — Olvídalo, aún me sirves, yo tampoco imaginé que mi propio padre me triacionaría, además, debemos encontrar dónde ocultarnos. — Si me permite, conozco un lugar, no es lujoso como lo que acostumbra, pero allí nadie lo va a encontrar nunca, se lo digo por experiencia. Aldo le ofreció a Ángel un lugar escondido para tenderle una trampa pronto, don Emmanuel tenía unas tierras en un lugar por la sierra donde no había teléfono ni ningún otro privilegio, pero allí estarían a salvo de la policía. A Ángel no le quedó de otra más que aceptar la invitación y pronto, los pocos que quedaron se trasladaron. Nathalya continuaba sumida en el sueño profundo, Alex y don Emmanuel permanecían en el hospital para esperar noticias, mientras Natasha, Matilde y los niños se encomendaban a Dios por medio de sus oraciones para suplicar por la vida de Nathalya. Un par de días después, Ángel tuvo que regresar a la ciudad, no le gustaba la vida en el campo sin lujos ni dinero, ya estaba en contacto con quienes su padre negociaba la droga que vendían y ahora era él la persona a cargo, exacto, de allí provenía todo el dinero que Ángel derrochaba y ahora el negocio era sólo suyo. Estas personas le habían ofrecido una casa en la capital, tenían policías trabajando para ellos, por lo que no lo agarrarían fácilmente, ahora sólo era cuestión de tiempo para regresar por Nathalya, si es que sobrevivía.
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