CAPITULO XVI. Sospechas.

1072 Words
El dolor y la desesperación son malos consejeros, Nathalya al borde del suicidio, logró conservar un poco de cordura, una serie de imágenes de su adorado hijo en su cabeza y el recuerdo de su dulce voz, le hicieron desistir en el último momento. ¡Cuán grande es el amor de una madre hacia un hijo! Se bañó debidamente, se vistió y se arregló, llevó su ropa mojada al cuarto de lavar para que nadie la viera y enseguida, respiro profundamente para luego correr a los brazos de su hijo, quien jugaba con el pequeño Alex en el jardín. - ¡Mamá! ¿Quieres jugar con nosotros a los carritos? – preguntó Emmanuel con esa ternura que tienen los niños de su edad - ¡Claro, mi amor! Pero tienes que enseñarme porque yo casi no sé jugar a eso - Es muy fácil, sólo tomas tu carrito favorito y lo paseas por todos lados, nosotros te damos ideas de qué hacer – señaló otro carrito para luego explicarle a su mamá – ¡mira! Éste ya se ponchó y está esperando la grúa que trae mi amigo Alex para llevarlo al taller… Alex, papá, admiraba desde lejos la inocencia con que Nathalya jugaba con los pequeños, comenzaba a imaginar a una pequeña Nathalya jugando con muñecas y trastes de juguete entre sus hermanitos, anonadado en su sueño, Natasha lo interrumpió. - Es como una niña, ¿verdad? - Sí, me encanta - respondió él sin dejar de observar - Y de seguro ahora deseas tener una hermosa niña para que juegue con ella a las muñecas - ¿Cómo lo sabes? – preguntó sonriente y dirigiendo la mirada hacia Natasha - Te conozco muy bien – mientras Natasha respondió esto, Alex volvió su mirada a su amada esposa para volver a admirar la adorable escena, luego de un suspiro, él respondió - Sería increíble, ¿no lo crees? - Definitivamente sí – Natasha también disfrutaba ver la escena y Alex se acomodó para entablar una conversación un poco más seria con ella - Pero para ello, tú y Max deberían encargar también una niña, mi hija querrá una amiguita para jugar - La verdad es que Max y yo no hemos hablado del tema - Dudo mucho que mi hermano se resista a la idea, basta con ver en lo que se ha transformado por ti - No entiendo - ¿De verdad? A mí me parece que te haces de la vista gorda - respondió en tono burlón y luego precedió a explicar - él era un tipo rudo de esos que andan en moto y se dejan la barba, jamás dio explicaciones a ninguna mujer ni mucho menos compraba flores para regalarle a alguien, ahora hasta me rio de él - ¿Entonces tuve suerte? – preguntó ella sonriente - ¡La suerte la tuvo él! - Creo que somos mejores como amigos que como pareja – Natasha lo tomó de la mano al decir esto, a lo cual él asintió sujetando la mano de ella por unos segundos - Yo también lo creo - No puedo culpar a Nathalya por enamorarse de ti ¡Eres un tipazo! - Lo sé – ambos se reían a carcajadas cuando llegó Max a interrumpir sintiéndose celoso - Muchas risitas, ¿no? – insinuó con sarcasmo - Hermano, ¿Cómo te fue? - Bien, don Emmanuel es un hombre con mucha visión, esta casa quedará más hermosa de lo que ya es - Me da gusto. - Pero, ¿ya me van a contar de qué se reían? - No te pongas celoso, hermano - Pues, es que me pareció que estaban muy… - ¡No digas idioteces, Maximiliano! – interrumpió Natasha molesta con Max por su actitud - ¿Por qué no debería estar molesto? ¿Acaso no hiciste lo mismo conmigo? – preguntó Max en tono de reclamo - ¡Es diferente! - Max, no tienes por qué ponerte así, ella y yo sólo estábamos platicando como amigos - ¡Pues de una vez les digo que no me gusta su amistad! Las palabras hirientes de Max hicieron que Natasha se apartara de él, ella se fué hacia si habitación y Nathalya pudo darse cuenta de que su amiga no estaba bien, fue tras ella para ofrecerle su apoyo incondicional, como siempre. - Entiendo que me equivoqué, pero fue por él, jamás hubiera hecho lo que hice si no fuera por él, porque me enamoré de él, de verdad. - Lo sé, amiga, pero quizá él necesite ayuda - injirió Nathalya Nathalya intentaba consolarla y le ayudaba a pensar en la manera de que su relación funcionara, la mejor idea fue que asistieran a terapia de pareja, lo cual ella aceptó, pero dudaba que Max quisiera ir, aun así, lo intentaría. Natasha notaba extraña a Nathalya, no lograba mirarla a los ojos y siempre se mostraba a la defensiva en cuanto alguien le tocaba, aunque sólo fuera para tomarla de la mano, pero ella sólo lo adjudicaba a que estaba un poco nerviosa por no saber del paradero de Ángel. Natasha intentó preguntarle la razón por la que su desaparición le preocupaba tanto, a lo cual ella se negaba rotundamente a responder o hablar del tema y hacía hasta lo imposible por evitarlo o por hablar de otra cosa. Esa noche, Nathalya no pudo estar con su esposo en la intimidad, Alex seguía sin entender el rechazo de su esposa y la situación comenzaba a empeorar, ella estaba distante y continuaba evitándole la mirada. Él comenzaba a sospechar que su amada esposa había dejado de amarlo por todo lo sucedido anteriormente y pensaba que, tal vez ella, no encontraba la manera de decírselo sin herirlo. Después de varios días en la misma situación, las dos parejas se enfrentaban a problemas que no sabían cómo resolver, Max pensando que Natasha podría engañarlo con Alex, Natasha afligida por no poder ganarse la confianza de su amor, Alex pensando en que Nathalya lo había dejado de amar y ella rechazando a Alex a pesar del inmenso amor que sentía por él y aturdida, todavía, por lo que le había hecho Ángel. Por otro lado, Ángel tenía planes para seguir perjudicando a Nathalya, obviamente no huyó del país, como le había hecho creer a ella, y estaba escondido en un lugar impensable para todos y mucho más cerca de lo que cualquiera pudiera imaginar.
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