CAPITULO XXV. Algo turbio

1083 Words
Al día siguiente de la cena con don Emeterio, Ángel tuvo que premiar a Nathalya por su excelente actuación, la dejó salir al patio durante toda la mañana y por la tarde le dió acceso a la biblioteca de su casa para que se entretuviera leyendo un poco y así, evitara los pensamientos depresivos. Su padre tuvo que regresar a Loma Dorada para atender sus asuntos normales, ya que nadie sabía que ocultaba a su hijo de la justicia, evitaba levantar sospechas cuidando cada uno de sus pasos y siempre inventaba un viaje de negocios para visitarlo, incluso, el dinero que gastaba en él lo llevaba en efectivo como parte sus negocios turbios. Aldo pronto tuvo una nueva tarea, vigilar a Nathalya todo el día, puesto que uno de los guardias había sido requerido para otra situación y alguien debía ocupar su lugar ya que estaban cortos de personal a causa de unas sospechas de traición que condujeron a Ángel a eliminarlos para siempre. Además, Ángel quería ponerlo a prueba para ver si era tan impresionante como se decía y ésto era un buen pretexto para ello. Eso era más que obvio para Aldo, por lo que tuvo que perfeccionar su actuar como un rufián sin sentimientos y solamente limitarse a vigilar a Nathalya, observar sin mencionar palabra alguna, ella sabía que ya todos los empleados estaban amenazados para que nadie le dirigiera la palabra ni mucho menos para ayudarle a escapar, lo cual la obligaba a continuar actuando conforme al trato que había hecho con Ángel. Aldo la observaba desde lejos, podía darse cuenta de lo mucho que sufría al estar lejos de su familia y tenía tantas ganar de decirle que en realidad era él, Max, su cuñado, y que don Emmanuel lo había enviado allí exclusivamente para cumplir la misión de ayudarla, pero eso sólo pondría sus vidas y las de sus seres queridos en peligro, por lo que debía continuar en su personaje de maldito y de ser posible, rechazarle cualquier cosa, incluso los buenos días. Él también observaba cuidadosamente a Ángel y todo lo que había a su alrededor para planear un escape perfecto para ambos. Nathalya no podía dejarse vencer por la tristeza, al contrario, hoy más que nunca estaba dispuesta a luchar contra todo y contra todos para recuperar su vida y su libertad, escapar y dejar atrás todo este tormento no sería fácil pues, Ángel nunca dejaría de perseguirla, a menos que hiciera que él fuera preso y decidió encontrar pruebas para atrapar a Ángel y a su padre por cualesquiera que fueran los crímenes en los que estaban implicados, tenía el presentimiento que don Emeterio estaba metido en negocios turbios y ella lo averiguaría. La línea de investigación de manejaba el detective contratado por don Emmanuel, ya había detectado los extraños manejos de don Emeterio en los negocios, se sospechaba de lavado de dinero, pero acusarlo no sería fácil pues, no tenían prueba alguna y se basanan únicamente en especulaciones, lo cual no estaba permitido para llevar a cabo un juicio en su contra y sólo los pondría en la mira de la delincuencia, por lo que debían hacerse de la vista gorda, momentáneamente. Don Emmanuel estaba pensando en su siguiente paso para avanzar en la investigación, la única manera posible de hacer algo era mezclarse con esa gente, ya que se movían en un muy pequeño círculo, entonces sabía que al hacerlo, debía contar con la posibilidad de encontrarse a su hija en condiciones inesperadas y que por su protección, debería fingir estar de acuerdo con sus enemigos. La sola idea le parecía descabellada, pero no debía descartarla. Alex se había vuelto un adicto al trabajo, no salía, no se divertía, solamente del trabajo a la casa y en casa sólo se hacía acompañar de sus hijos Alex y Emmanuel, quienes estaban un poco más tranquilos por todo lo ocurrido, aún les era difícil acostumbrarse a la ausencia de sus seres queridos, pero no había nada que pudieran hacer para volver a abrazar a esa madre y ese padre anhelados. Natasha ya estaba dando clases nuevamente, y el diario que estaba escribiendo le había servido de gran ayuda y siempre que podía, sugería a sus alumnos que escribieran también para liberar sus emociones, a veces la garganta se hace nudo y no deja salir las palabras correctas aunque tu mente y corazón las griten, pero al escribirlas vas conectando con lo más profundo de tu ser liberando todo lo que estaba oculto y eso se siente bien. El padre de Alex estaba muy al pendiente de sus nietos, para él, ambos niños eran sus nietos a pesar de saber que Emmanuel no llevaba su sangre, su actitud comenzaba a cambiar con Natasha, ya no la acusaba de la tragedia, ahora pretendía ayudarla a salir adelante con su vida sin culpa ni remordimiento, adjudicando que eso hubiera querido su hijo Max y que, por respeto a su memoria, él haría todo lo que estuviera en sus manos por ver a su familia unida y con un poco de calma. Natasha se sentía reconfortada, había perdido a sus padres hace tiempo y no llevaba buena relación con su única hermana y todo lo que quería era escuchar que todo estaría bien y su suegro, ahora le estaba dando esa tranquilidad. Alex y ella estaban muy unidos por el bien de los pequeños, no eran una pareja, pero sí los mejores amigos y se contaban todo, sus preocupaciones, sus dudas, sus metas y todo lo que concernía a sus hijos, ellos eran la prioridad siempre. Don Emmanuel, como siempre, ocultaba información, esta vez por protegerlos y por cumplir la promesa que le había hecho a Max, le resultaba bastante difícil verlos sufrir por él y no poder decirles que estaba vivo en realidad y muy cerca de Nathalya, pero sería muy imprudente de su parte mencionarlo, ni con el pensamiento se atrevía. Ángel había dado indicaciones a sus empleados que cada vez que su padre llegara, todos debían tratar a Nathalya con el nombre de Ivania Lamat, su prometida, que siempre que su padre preguntara, ellos se adoraban y eran la pareja perfecta, incluso podían decir que a veces discutían como cualquier pareja, así él jamás sospecharía nada. Ahora debía planear su boda falsa con Ivania, tenía contactos que le ayudarían con eso, después de todo ella nunca le había interesado para casarse, solamente para cumplir su capricho y no pretendía estar atado a ninguna mujer.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD