III. Manipulador

1830 Words
Ambas relaciones parecían marchar bien, Ángel era muy divertido y siempre hacía reír a Nathalya, pero para él era un juego y esto era parte de su reto, cada día su capricho iba en aumento, pero Nathalya no era ninguna tonta para caer en sus redes. Alex y Natasha habían decidido esperar para tener relaciones sexuales, pues él sabía que ella aún estaba muy joven y temía que su situación legal se viera comprometida. El tiempo corría, casi volaba, Ángel empezaba a desesperarse por no lograr su objetivo, pero al menos encontraría otra manera de divertirse con su novia. Nathalya cada día tenía más problemas en casa, empezaba a buscar la manera de salirse de allí e independizarse, pero su situación económica no era nada buena y jamás pensaría en pedirle ayuda a su novio, sabía que no necesitaba de un hombre para salir adelante y no se atrevía a contarle sus planes a Ángel, quien lo hubiera visto como una oportunidad para su objetivo. Natasha estaba ya despreocupada por Nathalya, ella ya no estaba sola ni en boca de todos gracias a su noviazgo, aunque desconocía la cantidad de problemas reales que tenía su amiga, pues ella empezaba a esconderlos para no opacar su felicidad. Alex no se llevaba bien con Ángel y normalmente tenía discusiones, eso de salir los cuatro juntos siempre terminaba mal, pero por apoyar a Nathalya y no dejarla sola con el novio, él aguantaba todos los malos comentarios y siempre terminaba disculpándose con Ángel, aunque fuera él el problemático. Nathalya siempre le pedía a su novio que fuera un poco más amable con Alex, pero Ángel siempre se lo tomaba mal, él comenzaba a manipularla y, aunque ella no era de las personas que accedían a un chantaje, sentía que por fingir mejor su amor hacia él, debía hacer lo que él le pidiera, aunque muchas veces no estuviera de acuerdo. — Ángel, creo que deberías ser un poco más amable con Alex. — Yo no lo creo — Él sólo quiere ser amigable contigo — No me agrada ese tipo — No es mala persona — Vaya, ¿ahora lo defiendes? — No es eso —¿Te gusta?, ¿O qué? — No, claro que no — aunque sabía que sí, lo negaba siempre — A veces creo que no me amas lo suficiente — Sabes que sí, tontito — Pero no tanto como yo a ti — Te amo más — No te creo. Demuéstramelo — ¿Cómo quieres que te lo demuestre? — Sé más… complaciente, bebé — No entiendo — Ya sabes… soy hombre y tengo mis necesidades — Sabes que no estoy lista para tener relaciones — Llevo meses esperando, me lo merezco — Lo sé y agradezco tu paciencia, pero de verdad que todavía no me siento lista. — Bien, no te preocupes. Yo espero que un día puedas amarme tanto como yo a ti — Sí te amo, pero me siento presionada — No me mal interpretes, es sólo que… olvídalo. Nos vemos mañana. — ¡Ángel! ¡No te vayas así! — Perdón, te pediré un taxi para que te lleve a tu casa. A él no le importaba si Nathalya llegaba a casa o no, muchas veces ella terminaba yéndose sola, en taxi o caminando, no era lo que se esperaba de un novio, pero a ella no le importaba con tal de mantener la apariencia. Nadie sabía los malos tratos de Ángel hacia su novia. Mientras ella buscaba la manera de llegar a casa, él se iba con otras mujeres para satisfacer sus necesidades, siempre lo hacía a escondidas para después seguir victimizándose frente a Nathalya. En cierta ocasión, después de dejar a Natasha en su casa, Alex encontró a Nathalya caminando sola por la calle, ya era muy tarde y había discutido con Ángel, Alex se ofreció a llevarla y ella aceptó porque temía por su seguridad entre las calles oscuras. — Por favor, Alex, no le vayas a comentar ésto a Natasha, no quiero preocuparla. — Ella debería saber, pero respeto tu decisión. — Gracias, gracias de verdad. — Tú te mereces a alguien mejor. — No digas eso, sólo fue una discusión, yo sé que él me ama. — Sinceramente espero que ésto no se repita, pero si volviera a suceder, recuerda que puedes llamarme, yo con gusto te llevaré a casa de nuevo. — Te agradezco, pero estoy segura que no volverá a suceder. — De verdad te lo digo, confía en mí. — Que pases buena noche. —Descansa. El tiempo pasaba, las chicas terminaron la preparatoria, cumplieron su mayoría de edad y continuaban con sus noviazgos, Natasha felizmente con Alex y Nathalya con su novio manipulador, quien aún no lograba su acometido. Desafortunadamente, Nathalya no había podido continuar con sus estudios, tuvo que entrar a trabajar a una de las maquiladoras de su ciudad para ayudar a su madre, a quien le habían detectado cáncer, aunque quería irse de su casa, no podía porque quería cuidarla y ayudarla. Natasha ahora estudiaba la universidad, siempre había querido ser maestra y su situación se acomodó bastante para comenzar a lograr ese sueño. Alex le pidió matrimonio y empezaban con los preparativos de su boda. Obviamente, Nathalya sería la dama de honor. Los arranques de ira de Ángel iban en aumento, al punto que había empezado a lastimar a Nathalya, en una discusión la abofeteó, ella terminó con él, pero él volvió rogándole, mostrando dependencia emocional. — Perdóname, bebé, te lo ruego. — No, Ángel, no puedo. —Yo no sé vivir sin ti. —Yo no merezco tus malos tratos. — Lo sé y te juro que voy a cambiar. Ya hice cita con un psicólogo para que me ayude, yo no quiero ser así. — No sé. — Por favor. — Está bien, pero tienes que prometerme que irás a todas tus citas. — ¡Por supuesto! Era mentira que iría con un psicólogo, había hecho la cita, pero no tenía en mente presentarse, en lugar de ello se iría con otra mujer. Él sólo quería conseguir, al fin, una noche de pasión con Nathalya. El padrastro de Nathalya cada vez estaba peor, todas las semanas su mamá resultaba golpeada por él, Nathalya le exigía que se fuera de su casa, pero él se negaba, siempre decía que él también era dueño de la casa porque él las mantenía, aunque todo su dinero se lo gastaba en vicios y nunca aportaba nada. Para Nathalya, la felicidad cada vez se veía más lejos, la futura boda de su mejor amiga y el amor de su vida le causaba muchas emociones, alegría por ellos, tristeza por sí misma, desesperanza en cuanto al amor, a la vez su noviazgo tormentoso, no podía dejar sólo a Ángel en esta situación, temía por su vida y su salud mental, y se sentía comprometida ayudarlo. Ángel continuaba presionando a Nathalya para tener relaciones, ella no quería, y él ya estaba muy cansado de esperarla. Su mirada se había vuelto turbia y tanto era su afán que su capricho se había convertido en una obsesión enfermiza. Faltaban pocas semanas para la boda y todos los preparativos iban bien. La madre de Nathalya estaba en tratamiento, sus esperanzas de vida eran las suficientes para seguir luchando. Alex empezaba a dudar de sus sentimientos hacia su prometida, pues en su pensamiento albergaba otra persona desde hacía tiempo, la imagen de Nathalya le atormentaba en sus sueños, pero sabía que ella nunca correspondería a sus sentimientos y lo que menos quería era lastimar a Natasha. Los novios tenían organizadas tres despedidas de solteros, las que harían por separado y una juntos. En esta ocasión estaban celebrando la tercera, todos sus amigos y familiares estaban reunidos en un hermoso salón con regalos y música. Nathalya, la dama de honor, había organizado una velada tranquila y llena de emociones, fotos de cuando los novios eran niños, videos donde cada invitado les dedicaban palabras de amistad y consejos de matrimonio, y donde los novios contaban porqué se habían enamorado. Todo era perfecto, incluso el comportamiento de Ángel había sorprendido bastante a Alex, era amable y caballeroso, sus bromas se limitaban a chistes sencillos y nada groseros, y hasta se atrevía a mencionar que pronto daría ese paso con su bella novia. Al finalizar el evento, ese bello Ángel se convirtió en demonio, Nathalya quería ir a casa, pero él se negaba a llevarla y solamente daba vueltas en el auto por la ciudad, y empezó a presionarla para tener relaciones, ella se negó, pero él, ya harto de su comportamiento de niña abusó de su fuerza para obligarla, ella gritaba que no, que la dejara ir, pero él no la escuchaba, la golpeaba y forcejeaba. A lo lejos, se veía el auto de Alex, quien venía de dejar a su prometida en casa, rápido vio el auto de Ángel mal estacionado y presintió lo peor. Aceleró para llegar al rescate de Nathalya, quitó a Ángel a golpes y sacó a Nathalya del auto, ella lloraba muy asustada, la ayudó a subir a su auto y le advirtió al infeliz que no volviera a acercarse a Nathalya. Ángel se fue enfurecido y Nathalya seguía llorando, temblando de miedo por lo ocurrido. — Gracias por salvarme, Alex, no sé qué hubiera pasado si no hubieras llegado. — No tienes nada que agradecer. ¿Estás bien? — Sí – respondió con los ojos llenos de lágrimas. — Trata de calmarte… ¿Quieres un poco de agua? — No, estoy bien. — ¿Te llevo a casa? — No, por favor, todavía no, no quiero que mi mamá me vea así. — Está bien. ¿Te molesta si llego a mi casa al baño? — No, está bien. Debes estar muy cansado y yo causando molestia, será mejor que me vaya. — No es ninguna molestia – dijo eso mientras conducía hacia su casa. Un largo silencio se adueñó del trayecto a casa de Alex, ella lloró durante todo el camino y él no sabía cómo consolarla, temía exponer sus sentimientos hacia ella y causar un desastre. En cuanto llegaron a la casa, Nathalya hizo una petición a Alex. — Sé que es mucho pedir, pero de verdad, no quisiera que Natasha ni nadie supiera ésto. — Entiendo, seré una tumba. Pasa, te ofrezco algo de beber. — Sólo un poco de agua. — Bien — empezó a servir agua en un vaso — aquí está. Mientras voy al baño, si necesitas otra cosa no dudes en tomarlo, ¿de acuerdo? — Está bien. Al regresar del baño, Alex empezó a preparar un par de sándwiches para ofrecer a Nathalya algo de cenar, en un intento por tranquilizarla, ya que ella seguía alterada por lo sucedido. El silencio era frecuente entre ellos, ambos temían decir algo que pudiera revelar sus sentimientos. El corazón les latía aceleradamente y pronto ocurriría lo que tanto trataban de evitar.
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