La primera vez que te senti.

3277 Words
Lunes en la mañana me levanto para ir a presentar el examen final de las dos materias restantes, el invierno se acerca por lo que los días son más fríos a medida que pasan.  —Lucy ¿Los inviernos donde vivimos como son?— suelta una risa  —Son fríos, pero no cae nieve ni nada de eso, no tenemos temperatura menos cero ni nada de eso—  me pongo unas botas hasta la rodilla y un vestido n***o  —Entonces tendré que comprar ropa de invierno, esto es lo que usaba en la ciudad donde soy— señalo mi ropa —Chicas, tengo que irme, tengo que presentar 2 exámenes finales, Matu te veo más al rato en el último ensayo.  Me despido de ellas y salgo del dormitorio, cuando llego al primer examen solo hay 5 alumnos.  —Tienen media hora para contestar este examen.  Al mismo tiempo, todos contestamos que si, casi sabiendo las respuestas de memoria y los resultados de las operaciones que se piden, los anoto después de 15 minutos, entrego el examen. —El profesor del siguiente examen me pidió que contestaras el suyo, al parecer sabía que terminarías el examen de 15 a 20 minutos antes.  Agarro el examen o los exámenes por lo que veo contesto al igual que el anterior pregunta y respuesta, operación y resultado faltando dos minutos entrego el examen. —Después que sigue— le digo  Me hace una seña que espere a que los demás entreguen los demás exámenes, aprovecho para juntar mis cosas.  —Tienes que  ir a la oficina del director para hablar contigo— me acerco a él —¿Debo de preocuparme?, ¿tardaré mucho tiempo?, tengo una práctica en donde estoy ayudando al un estudiante de moda y tengo que ser puntual. Lo miro con una expresión seria, de alguna manera ese profesor me hace enojar.  —No lo sé, solo estoy dando un mensaje.  Agarro la mochila y salgo, miro la hora para ver si puedo hablarle a Lucia, pero ya es tarde está en el examen, camino a la oficina del director y la secretaria me pide que espere, saco el celular y checo mis correos, en eso escucho mi nombre. —Señorita Adams puede pasar— me levanto la mirada  — Gracias— me dirijo a la puerta y toco —Pase—  abro  entro, miro mi reloj ya casi es hora —Buenas tardes— cierro la puerta, pero no me contesta mis buenas tardes solamente  —Puede tomar asiento.   Nunca se da la vuelta para verme y eso hace que me moleste aún más de lo que ya estoy. —¿En qué puedo ayudarlo?.  Nunca me siento, doy dos pasos solamente alejándome lo suficiente de la puerta y miro mi reloj tardo demasiado en atenderme y ahora me hace perder el tiempo.  —Veo que tienes buenas calificaciones y recomendación de dos de tus tres profesores para darte la oportunidad de darte una beca para una maestría, ¿por qué su tercer, profesor, a pesar de que tiene las mismas calificaciones, no emitió una recomendación?.   Dios primero debe de preguntarme si quiero hacer una maestría y no el porqué un maldito profesor no me recomendó, tampoco quiero saber. —Bueno, creo que esa pregunta debería de hacerse al profesor, no al alumno, además creo que es necesario preguntarle al estudiante si está interesado en ser un becario o en su caso si quiere realizar una maestría. Así mismo evaluar si el estudiante tiene o no las posibilidades de pagar sus estudios.  Se gira para al fin mirarme, cuando lo hace volteo a ver mi reloj nuevamente. —¿Tiene prisa alguna Lilith?— me acerco más —Adams, Lilith Adams, y  si tengo prisa, ayudaré a un amigo en su presentación final en el departamento de moda y el lugar del ensayo está a unos 20 minutos— doy dos pasos atrás  —Parece que necesita la beca.  Me mira de arriba abajo, otra vez la gente me juzga por mi apariencia o mi ropa, vamos Adams cálmate, respira profundo, se educada.  —Con mucho respeto director no lo necesito, a mis 22 años tengo el suficiente dinero para poder pagar lo que se me venga en gana y vivir sin trabajar por el resto de mi vida. Así que mi respuesta es no, no quiero la beca y si estudio una maestría será un poco más adelante, mis negocios necesitan mi tiempo, si me disculpa tengo que irme.  Me doy  la media vuelta y salgo del lugar,  salgo corriendo para poder llegar a tiempo, unos 10 minutos después llego.  —Perdón, el director quería hablar conmigo, ¿ya es nuestro turno?— le pregunto a Mario  —Oh, no querida, el escenario tiene problemas, pero ¿todo bien?— me siento a su lado  —Quería saber por qué dos de mis profesores dieron una referencia y uno no para una beca para cursar una maestría, insinuó que por mi apariencia la necesitaba la beca, pero le dije no—  suspiro —No sabía que el director era ese tipo de persona- me abraza —De todas formas tienes que modelar— se ríe y me rio junto con él —¿Estás nervioso?— toma mi mano y me la aprieta  —Estoy un poco nervioso, cada año a estos eventos llegan agencias para invertir en nuestros diseños o nos reclutan para trabajar— aprieto su mano firmemente —Lo lograras, te prometo que me esforzaré y luciré el diseño, aparte cuando inaugure mi hotel puedo darte promoción, obviamente me preguntaran quien diseñara ese hermoso vestido o traje. Así que obviamente tengo que decir que fuiste tú, mis seguidores te buscaran, estoy segura de eso, como mujer de negocios puedo ver tu potencial. —Yo pienso lo mismo que Lilith, eres un gran artista— le dice Matu a Mario Se sienta aún lado de mí y la volteo a ver sonriéndole, algo tiene que te hipnotiza y no puedes apartar la vista de ella. —¿Cómo te fue en los exámenes?— me sonríe  —Bien, esperaba verte para el último, pero el profesor dijo que lo presentaste antes— bajo la mirada  —Si es una larga historia.  En eso veo como Mario me sonríe, ¿No dará problemas o si?.  —Vamos, déjame ver esa espalda— se para y me da la mano  —Ya tiene tiempo que no hago nada de eso, pero vamos— me levanto —Ahorita regreso— le digo a Matu y sonríe  Me lleva a los baños, algo trama. —Mi espalda está bien, ¿De qué quieres hablar?, puedo ver tu sonrisa— me mete a un baño  —Te gusta— me hace la seña que me dé la vuelta —¿Es tan obvio?— le pregunto y le enseño mi espalda —Entonces, ¿por qué no están juntas?— pasa la mano por la espada buscando una cicatriz – Realmente no tienes nada, parecía que iba a dejar marca, pero dime por qué no están juntas— suspiro  —Te lo dije— le digo —Que te diré, me confunde, un día me besa y al siguiente me aleja, hace días le confesé que me gustaba, pero se quedó dormida, había bebido un poco y fracase— me da un fuerte abrazo —Tienes que decirle antes de que te vayas, no sé por qué duda, puedo ver que le gustas, pero tiene que saber que sientes algo fuerte por ella— me ayuda a acomodarme el vestido —¿Por qué cargas con un cuchillo?— veo mi pierna   —Seguridad, nunca sabes que puede pasar— abre la puerta y salimos —Lo haré, le diré que la quiero y la necesito en mi vida.   Antes de que conteste le hablan se va y camino a donde está Matu  —¿Todo bien sin cicatrices?— suelto una pequeña risa  —Si todo bien, no tengo problemas en eso, le preocupaba por la blusa que usaré.  Me siento a su lado, me da su mano y juego  con sus dedos mientras se entrelazan nuestras manos. —¿Qué usarás tú?- le pregunto  —Un traje de gala. Dejo de mirar nuestras manos y la miro directamente a sus perfectos y hermosos ojos.  —Yo utilizare un traje azul cielo divino.  —¿Estás nerviosa?— me pregunta  —No, confió en mis habilidades, ya lo había hecho antes, pero lo que me pone nerviosa es no poder lograr que no se logre el sueño de Mario.  —Yo también siento lo mismo, sus diseños realmente vale la pena. Le digo que si moviendo la cabeza,  me recuesto en su hombro.  —Déjame dormir solo unos minutos.  Sus hombros se relajan y cierro los ojos, realmente me siento tranquila como si estuviera totalmente a salvo en sus brazos, eso si, nunca soltó mi mano. —Lilith es hora del ensayo— me dice con dulce y delicada su voz   —Vamos— le digo.  Nos levantamos y ensayamos por donde entrar, por donde salir, los movimientos que se deben hacer para lucir la ropa, después de quien seguimos a donde mirar todo eso miramos. Analizo todo y cada cosa memorizando los pasos que debo de dar, el tiempo parece pasar rápidamente cuando salimos del ensayo ya son las ocho de la noche.  —Se pasó muy rápido el tiempo, ¿quieres ir a cenar? Muero por ramen— le digo Matu me sonríe y me toma de la mano  —Vamos conozco un lugar.   Nuestros dedos se entrelazan una vez más, mientras caminamos cruzamos una que otra mirada, pasamos por un puente con una vista hermosa y no puedo evitar pensar diciéndole en ese sitio lo mucho que me gusta. —Llegamos.  Me lanza una de sus sonrisas que me vuelve loca, entramos y en ningún momento suelta mi mano hasta que empezamos a comer.  —¿Alguna vez has ido a Corea del Sur, Japón o China?— me pregunta —No de hecho, para llegar aquí me subí por primera vez a un avión, me moría de miedo, creo que este es el segundo continente que conozco desde que deje donde vivía— me mira seriamente  —¿De dónde eres?— suelto una risa nerviosa  —Si te digiera no me crearías— su mirada parece diferente, no sé si es curiosidad  —Pruébame, sé que eres diferente, tanto por tu aspecto como por tu acento y otras cosas.  Miro alrededor y tomo un poco de Coca-Cola, vamos si te gusta tiene que saber la verdad Lilith, ¡Tú puedes!. —¿Podemos hablar en un lugar privado?— ella asiente con un movimiento leve  —Yo invito— me dice Se para y paga, tomo mi mochila y camino para abrirle la puerta, caminamos un rato y llegamos a una especie de cuarto, el lugar seguro y privado.  —¿Entonces?— me mira esperando una explicación —Es una ciudad, no más bien es un continente o un país— le digo nerviosa —Bueno, el caso es que está oculto, los ciudadanos tienen calidades y atreves  de ellas y la tecnología permanece oculto, las personas son únicas y agradables— ¿Agradables? Te vetaron y te mataron Lilith   —¿Dónde queda ese sitio?.  —Ustedes lo conocen como el triángulo de las bermudas y yo como la ciudad— bajo la mirada  —¿Es broma verdad?.  La miro a los ojos y le digo que no moviendo la cabeza.  —Las personas pueden ser muy crueles cuando eres diferente, pueden matarnos, experimentar con nosotros, a través de años y años nos cuidamos usando nuestras cualidades, dando así orígenes de muchas leyendas y mitos.  Pero créeme, nadie entra y nadie sale sin permiso y las personas que según se perdieron o los barcos que se hunden no son ciertos no hacemos nada de eso— la miro esperando que me crea  —¿Y a que cualidades te refieres?— me pregunta  —Unos pueden leer los pensamientos, ver el futuro, otros tienen conocimiento médico o pueden entender a los animales, hay brujas, otros tienen habilidades tecnológicas, tenemos descendientes, aunque muchos hacen lo que les gusta y no siguen sus cualidades— Se para del sillón de golpe y me mira —¿Entonces tienen poderes?, ¿cuáles tienes tú?, ¿qué especie eres?.  Me suelto riendo, especie ¿Asi es como me ve?. —Nunca me habían preguntado de qué especie soy, pero si lo hablamos como dices soy una descendiente.  Me señala como si los puntos se conectaran en su cabeza.  —¡Tú!, tú dijiste algo de tu nombre y tu virginidad ahora tiene sentido, entonces eres descendiente de Lilith, ¡La primera mujer de Adán y la demás mierda que dicen de ella!—  me mira realmente sorprendida —Entonces Morningstar es descendiente de… ¿Cuáles son tus cualidades?— se sienta aún lado de mí y me toma mis manos   —La primera mujer de la tierra, nos hicieron por iguales— le digo—Si, Mor es descendiente de Lucifer, pero no nos juzgues por nuestros nombres— añado —Tengo poco de haberlas descubierto, pero puedo, puedo mejor mostrártelo.  Me levanto el vestido y saco el cuchillo, me hago una cortada en la pierna.  —¡Estás loca! Está demasiado profunda.  Pongo el cuchillo en su lugar ilumino mi mano y me curo  —Wow que más puedes hacer— me suelto riendo, es tan hermosa cuando tiene curiosidad —Mis manos producen una flama— le muestro la mano —Puedo quemar, destruir cosas, mmm también puedo hacer que olvides cosas o recuerdes algo— abro mi mano soltando luces.  —En ocasiones, cuando tocan a las personas, sienten lo que yo siento, hace poco descubrí que cambian de color. También tengo episodios de trance,  suelen durar días u horas en donde puedo ver el futuro o nombres es complicado, aún no lo entiendo del todo ah y soy un fénix— ella solo sonríe —Lilith, pero ¿por qué no estás en la ciudad?— bajo la mirada   —Porque amenazaron en convertir a mis padres en criminales, si no dejaba la ciudad creo que mi cambio los hizo que tuvieran miedo de mí y aunque me mataran de nuevo renacería, así que decidieron  amenazarme— sigo sin o sin levantar la mirada  sé que mis ojos cambiaron.  —Matu cuando tengo emociones fuertes, mis ojos cambian y brillan, no es algo lindo de ver— intenta levantarme la mirada  —No hay nada que me haga cambiar, así que déjame verte. Levanto la vista y la miro, con miedo de que le parezca un monstruo…   —Te ves tan hermosa, eres jodidamente hermosa— me dice al ver mis ojos Aun con sus manos en mi rostro me sonríe y me besa, sus labios son dulces, sus besos están llenos de consuelo, su cuerpo está junto con el mío, lentamente me va acostando, sus manos recorren mi cuerpo, disfrutando las caricias que tanto quería volver a sentir.  —Matu, yo nunca he estado con una mujer, no sé si pueda complacerte.  Sus labios pasan por mi cuello, lo que hace que  me hace que gima un poco, mierda…  —No me importa.   Rodeo su cintura con mis piernas, pasa  su mano  por  el costado tocando mi trasero,  aprovecho para quitarle la blusa en un movimiento rápido, me giro y me pongo arriba de ella.  Paso mis labios por su cuello bajo poco a poco hasta que llego a su pecho y la miro casi pidiéndole permiso, ella se levanta y me tiene sentada en sus piernas.  —¿Estás segura de que nunca has estado con una mujer?— se ríe mientras me quita el vestido  —Segura.  Desabrocho su brasier quitándolo de un golpe, me besa ferozmente, no puedo evitar mover mi cadera de adelante hacia atrás buscando cualquier fricción. Ella pone su mano entre mis piernas y  toca  mi clítoris, toma el control, me tiene debajo de su cuerpo, dominándome por completo. Sigue moviendo su mano en círculos mientras me besa gimo una y otra vez entre sus labios y de la nada introduce dos dedos dentro de mí;  arqueo mi espalda al sentir tan deliciosa sensación, pongo mis labios en su pecho y muerdo ligeramente su pezón y los beso  al mismo tiempo ella gime. —Mierda Lilith sigue haciendo eso se siente tan bien.  No paro, sigo haciéndolo aprieto su otro pecho,  sus respiraciones y la mía se vuelve más pesadas y nuestros corazones laten sin ritmo.  —Matu— gimo su nombre Ella acelera el ritmo y me pierdo entre las sensaciones que surgen en mí llegando a uno de los mejores orgasmos que he tenido en mi vida    —¡Dios eso fue…!.   La beso una vez más y ella se sienta arriba de mí y me mira con una sonrisa que dios mío. —Ahora ya puedes decir que estuviste con una mujer— me suelto riendo   —Y con una sexi europea—  le digo   —¿Cómo se les dicen a las mujeres de donde eres?— la abrazo   —No lo sé, nunca lo había pensado, ¿una ciudadela?, porque así se llama la ciudad, siento que no pensaron mucho el nombre o es porque preguntan de donde eres y tú contestas de la ciudad, así nadie sospecharía—  se ríe  —Tiene sentido, ahora puedo decir que he estado con una ciudadela.  La miro tiernamente, es hora dile, sé valiente. —Me gustas Matu, me gustas tanto que me vuelves loca, una sonrisa tuya me hace sentir la mujer más feliz, una caricia y me tienes a tus pies, Matu sé mi novia, quiero ser tu persona.  Siento como su cuerpo se tensa, ay no ya valió, no me gusta eso. —Lilith, ¿esto es solo por lo que paso hace un momento?, perdón solo me deje llevar y tu junto conmigo no hay porque ponernos serias, no te sientas comprometida. Se ríe, pero sé que no le causa gracia, sigue estando tensa, me bateó, solamente deja que piense eso, Lilith no te lastimes más... —Vamos, ya es tarde— me dice al ver que no contesto nada  Se levanta y le paso la ropa mientras yo me pongo mi vestido.  —Matu… —Lilith— me mira y sus ojos me gritan, no lo hagas, no sigas —¿Mis ojos están normales? Generalmente, los siento que cambian, pero es difícil saber si no me miro en un espejo— se voltea y me mira  —Solamente uno está normal.   Le digo que si moviendo la cabeza  me levanto acomodándome la ropa y cierro los ojos, respiro profundo una, dos veces tratando de calmar la mierda que siento. —¿Y ahora?—me giro para que me vea —Ya están normales— me contesta  Miro el reloj, justo a tiempo para salir de este lugar. —Matu, debo irme, tengo una cita y voy tarde, ¿puedes regresar sola o quieres acompañarme?— saco el celular para pedir un Uber —No quiero interferir con tu cita, no creo que a TU CHICO le guste que esté interfiriendo.  —No es un chico, es una cita en una agencia dónde contrate un servicio. —No, en serio estoy bien iré al dormitorio.  Salimos del lugar y el Uber está esperándome.  —Nos vemos más al rato— me despide.
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