Cal se acercó a la escalera que daba a los pisos superiores de su antiguo castillo en donde creció. Contempló los cuadros de él y de toda su basta y larga descendencia, percatándose de que la mayoría eran muy parecidos a él y entre sí; mientras Luzbel regresaba en compañía de un hombre mayor. Al verlo, el hombre palideció casi instantáneamente y abrió la boca casi como si se le hubiese dislocado. - ¡PERO POR LA SANTA MADRE! ¿Entonces es verdad?… Él… ¿En verdad es Calisto Helihanis?. Le preguntó al ángel. Luzbel asintió y enarcó una ceja. - Y… ¿Entonces usted de verdad es el diablo?. Le preguntó de nuevo. Luzbel hizo una mueca sin embargo asintió de nuevo. - Vengan. Les pidió y echó a andar hacia uno de los pasillos que daban al gran salón. Cal y Luzbel lo siguieron, luego de var