Halos.

1368 Words

Durante la mañana la vida en el monasterio (en eso se había convertido el edificio a lado de la abadía) era bastante agitada, los mojes se hallaban ocupados en sus deberes y algunos salían de compras al mercado que se hallaba a unas cuantas calles arriba. Así pues, Calisto quiso permanecer encerrado puesto que no le gustaba cómo se veía, debido a sus ojos que se veían totalmente espeluznantes. Durante el desayuno, Luzbel fue por comida para llevársela a Calisto, si bien era cierto que ya no necesitaba comer, la comida aún podía hacerle sentir mejor anímicamente. - ¿Y Cal?. Le preguntó Ariel apenas le vió aparecer por la puerta del comedor. - Indispuesto. Le respondió éste muy tranquilo mientras echaba unos sandwiches con crema de maní y jalea de fresa al enorme plato, luego agregó t

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