La Suerte de mi Vida

2. No Lo Quiero Dañar

[CIARA]

El mundo se detuvo en el momento que sus labios volvieron a encontrarse con los mios, pero de repente la magia se rompe cuando escuchamos los gritos de lo que pareciera ser un grupo de mujeres y al levantar mi mirada, veo como varias chicas vienen corriendo desde el otro final de la acera hasta aquí gritando el nombre de Ciro —¡Ven! Tenemos que irnos — Exclama mientras que agarra mi maleta y prácticamente me hace correr con él hacia su auto que esta estacionado a pocos metros de nosotros.

—¿Qué es lo que esta pasando?— Pregunto agitada, pero al ver que ellas se acercan, subo al auto mientras que él sube la maleta a la cajuela y luego se sube del lado del conductor y prácticamente sale huyendo de aquí.

—Justo a tiempo— Dice y respira profundo como si estuviera aliviado y no entiendo que es lo que esta pasando.

Lo miro tratando de no distraerme con lo guapo que se ve —¿Me dirás que pasa? ¿Por qué huyes si es que son solo fans? ¿Acaso no quieres darles un autógrafo o que?— Cuestiono completamente confundida y él me mira por un breve instante y luego vuelve a mirar hacia la carretera. 

Permanece en silencio unos cuantos minutos más y luego al ver una calle completamente solitaria dobla allí y estaciona a un costado —Ciara, te voy a ser muy sincero porque no quiero que estoy empiece mal. Yo te quiero, estoy enamorado de ti, pero desde que llegue aquí mi vida ha cambiado muchísimo… el club me presento como su gran estrella y con ello trajo un nivel de fama que por momentos no sé como manejar. He ido a muchas fiestas, me han tomado fotografías con muchas mujeres diferentes con las que no he tenido nada, y otras con las que… pues si, he pasado alguna noche y no porque sienta algo por ellas, sino porque estaba tan borracho que no sabía ni como me llamaba ¿entiendes? Lo que has visto recién me pasa todos los días y si te saque de allí corriendo fue porque no quieran que te fotografíen conmigo y en la portada de una revista aparezcas como otra chica que paso la noche conmigo ¿entiendes? Tú no eres cualquier chica— Relata y no sé ni siquiera como reaccionar.

—Entonces lo que me has dicho es mentira, la mujer esa si tenia algo contigo… tú no me quieres, solo te la has pasado llevando a diferentes mujeres a tu cama— Digo molesta y abro la puerta del coche para bajarme de aquí y es que me doy cuenta de que caí como una tonta en las palabras de él, pero todo era mentira.

—¡Ciara, por favor!— Lo escucho decirme mientras que también baja del auto y rápidamente se acerca a mi.

—¿Qué quieres que escuche? ¿Cómo te follabas a todas las españolas que encontraste por el camino?— Reclamo y en teoría no tengo derecho a decirle nada porque no somos nada.

—Tampoco es tan así, no creas que estuve con cien mujeres ¿eh?— Explica.

—Todos los hombres son iguales y yo como una idiota viniendo a verte aquí… y pensar que estaba dispuesta a todo por ti, incluso a que fueras el primero en mi vida— Digo y apenas pronuncio estas palabras, me arrepiento. 

Él rápidamente se adelanta y se para delante de mi para detenerme y me sonríe —Ciara, espera. Que haya estado con algunas mujeres no significa nada—

—Gracias por el dato, porque tampoco significara nada si estoy contigo— Hablo firme y sonríe.

—Oye… no quise decir eso, lo que digo es que fueron cosas sin importancias que ni ellas ni yo nos hemos involucrado sentimentalmente— Explica.

—Pensé que me querías—

—Y te quiero— 

—¿Entonces? ¿Por qué has estado con ellas?— Insisto en un susurro y él toma mi rostro entre sus manos.

—Porque no éramos nada, porque estabas lejos, porque creí que lo nuestro era imposible… no sé si lo recuerdas, pero eres Ciara Mancini, la heredera del imperio Salvatore Ferrara, eres hija de una de las familias más ricas de Italia, y si bien yo soy un futbolista famoso y todo eso, estoy seguro que tu papá no me querrá para ti, tú eres su princesita y yo soy un desastre— Relata.

—Se nota que no conoces bien a mi papá, él solo nos quiere ver felices y por eso me apoyo a que viniera aquí por ti— Le digo y su mirada cambia por completo.

—¿Qué?— 

—Lo que oyes… yo no me escape de mi casa para venir a vivir una aventura romántica contigo, vine aquí despidiéndome de mi familia para preguntarte si me quieres de verdad como para vivir algo conmigo, pero veo todo esto y dudo. No quiero que me rompas el corazón.— Explico y siento como sus dedos rozan mis mejillas.

—¿Sabes que no es fácil estar con alguien como yo?— Me pregunta y lo miro fijamente.

—¿Y como es alguien como tú?—  

—Nunca tuve una relación seria en mi vida… mi carrera es complicada, hoy estoy aquí, pero mañana no lo sé… no quiero dañar todo esto, hui de ti por el miedo a lastimarte, para mi es más fácil culpar a mi carrera de que no funciono a culparme a mi mismo— Explica y sonrió.

—Pero, al menos intentémoslo ¿no?— Propongo y asiente.

—Intentémoslo— Contesta y me vuelve a besar.